La medida, que regirá durante 60 días, tiene por objeto “mantener la plaga bajo control, así como minimizar el impacto en cultivos agrícolas como en pastizales y evitar su diseminación en otras áreas”, anunció el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave).
La declaración fue decidida a instancias de los productores y los gobiernos de los departamentos de Boquerón, limítrofe con la norteña provincia argentina de Formosa, y Alto Paraguay, que delimita con el estado brasileño de Mato Grosso do Sul.
El Senave señala en un comunicado que las principales acciones comprenden la vigilancia permanente y el control químico mediante aplicaciones terrestres de productos fitosanitarios en focos específicos de esas regiones.
El organismo aclara que en el Chaco paraguayo, la principal cuenca lechera del país, cuenta con personal técnico permanente asignado a tareas regulares de vigilancia y de control de focos desde 2017, cuando fue declarada la emergencia anterior por otra plaga de Schistocerca cancellata.
Nota relacionada: Senave alerta sobre proliferación de langostas en el Chaco
En enero de ese año se había detectado en la Región Occidental la primera invasión del insecto procedente de varios municipios rurales del departamento boliviano de Santa Cruz, el principal productor agrícola del vecino país.
El estado de emergencia fitosanitaria entonces en los departamentos de Alto Paraguay y Boquerón fue de 60 días, una medida de contención de la plaga de langosta para cortar el ciclo de reproducción.
Ese ciclo se concentró en nueve focos que se movían en una franja de unos 100 kilómetros y a unos 35 kilómetros de la frontera con Bolivia.
Sobre la nueva plaga, hasta el momento no se conoce el grado de afectación.
La plaga se ha detectado en nueve localidades rurales del Chaco “en fase adulta de segunda generación, en focos de altas poblaciones y de adultos inmaduros tanto gregarios como solitarios, según el Senave.