Álvaro Arias explicó que solo puede ver a su defendido una hora por semana, en dos visitas de media hora. Además, tanto él como su defendido, tienen dos guardias atrás que escuchan su conversación y, además, que solo puede hablar a través de un teléfono, ya que están separados por mamparas de vidrio, y la conversación es totalmente grabada.
Remarcó que, incluso, no puede llevar nada, ni siquiera un papel para anotar, con lo que se hace casi imposible preparar el juicio oral. Alega que, con ello, no puede ejercer su defensa, que es un derecho constitucional.
El defensor solicitó el cambio de lugar de reclusión, ya que la cárcel de máxima seguridad es para condenados y no para prevenidos. Dijo que podría ser cualquier reclusorio que los jueces determinaran.
Por su parte, el fiscal Deny Yoon Pak se opuso. Dijo que los jueces no tenían competencia, sino que debería ir al Ministerio de Justicia o al Juzgado de Ejecución.
El pedido debe ser resuelto en un plazo de tres días, por los magistrados María Luz Martínez, Dina Marchuk y Federico Rojas.