El defensor del pueblo, Rafael Ávila, acompañado por una funcionaria de la Dirección General de Asistencia Social y Servicios Sociales de la Defensoría del Pueblo verificaron las quejas sobre la atención deficiente en el Hospital de Barrio Obrero, dependiente del Ministerio de Salud.
En ese sentido, fueron informados sobre la situación del nosocomio en el cual reciben a cerca de 1.000 pacientes por día con solo tres médicos por turno y siete enfermeros. El número con el que deberían contar es de cinco médicos y 13 enfermeros por turnos.
El administrador del hospital, el licenciado Ricardo Barreto, informó que tratan de manejar todas las especialidades y atenciones ambulatorias con mucho orden, pero la infraestructura y el poco espacio del hospital limitan sus esfuerzos.
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Explicó que se dividen en tres turnos y que cada especialidad, en los diferentes turnos, atiende un máximo de 20 pacientes. Recalcó además que las consultas más solicitadas por niños y adultos son las de clínica médica.
Entre tanto en Urgencias, el horario de mayor afluencia de pacientes es a partir de las 16:00 horas y la cantidad mínima estimada de atención es de alrededor de 350 pacientes.
En Pediatría cuentan con un bloque en el cual hay hacinamiento de pacientes, lo que dificulta bastante el tránsito por ese lugar.
El bloque se divide en consultorios, salas de espera e internación, pero el nosocomio no cuenta con terapia intensiva.
Tanto el encargado como el personal de blanco coincidieron en la necesidad de mejoras en la infraestructura o la reconstrucción del hospital, ya que trasladarlos a otro sitio no sería viable, pues dificultaría a miles de pacientes el acceso, ya que provienen de diferentes puntos del país.
Mencionaron, además, que los médicos y personal de blanco recurren a varias instancias para evitar faltantes de medicamentos e insumos médicos, tanto para los que consultan como para los internados. La cantidad de pacientes atendidos hoy día es de alrededor de 1.000.
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Asimismo, señalaron que están carentes de personal de blanco porque donde debería haber cinco doctores, solo hay tres y donde debería trabajar 13 licenciados en enfermería, solo están siete y todo ello en cada turno.
El doctor Rafael Ávila Macke destacó el compromiso de la Defensoría del Pueblo para poder canalizar la problemática que afecta al hospital.
“Nos relataron que tuvieron que implementar una especie de lavamanos dentro del bloque de urgencias pediátricas y que para acceder al sanitario, se debe salir del consultorio y caminar unos 150 metros hasta el baño que se encuentra en otro sector”, reveló.
De igual manera, recibió los reclamos de los pacientes, a la vez de señalar que los médicos están dando todo de sí y pudo comprobarlo personalmente, pero se trata de un lugar extremadamente pequeño para la cantidad de personas y que carece de las comodidades, no solo para los médicos, sino también para los pacientes.
El personal de blanco también solicitó con urgencia resguardo policial y guardias de seguridad que cubran las seis entradas de acceso al hospital, ya que en varias ocasiones pacientes y profesionales de blanco fueron asaltados.
“La mayoría de los pacientes que recurren a dicho hospital son adictos, personas en situación de calle y vulnerables”, revelaron los encargados.
Durante la pandemia, se habían colocado clínicas móviles para poder abarcar las atenciones necesarias, y la cantidad de pacientes atendidos rondaba los 1.300 por día.