Me llamo Óscar Rubén Urunaga Romero, tengo 55 años y soy oriundo de la ciudad de Asuncón. Actualmente tengo mi propio emprendimiento de carpintería y también trabajo como playero en una estación de servicios.
Mi infancia fue bastante difícil porque provengo de una familia humilde y soy el mayor de tres hermanos. Mi abuelo de parte de mi mamá, trabajaba donde es ahora es el Shopping Multiplaza, pero en aquella época cuando éramos chicos en ese lugar era un aeropuerto pequeño que formaba parte de la Aviación Civil, donde bajaban los aviones chicos y él era encargado ahí de ese terreno hace cincuenta años atrás. Y ahí crecimos entre ocho primos con mi abuela.
Nuestra infancia era muy difícil porque por más que entrábamos en una escuela pública, el Colegio San Francisco, siempre había gastos de útiles, uniforme, entre otras cosas.
Mi mamá trabajaba con su máquina de coser, ella era costurera y yo le conocí a mi papá después de que yo cumplí seis años porque él trabajaba hacia el interior, hacia Ciudad del Este. Como yo era el hermano mayor, yo tenía la responsabilidad de cuidar a mis hermanos y a mi mamá.
Momento crítico
Cuando tenía once años empecé a trabajar para ayudar a mi familia, hacía de todo un poco y luego fui ayudante de albañil, tenía que ayudar a mis padres para tener para la comida y otros gastos de la casa. Porque tenía que estudiar y ayudarle a mi mamá dejé de estudiar, solo cursé hasta el séptimo grado y me dediqué plenamente a trabajar.
Mi papá se dedicaba a la carpintería y yo le ayudaba, fabricaba todo tipo de muebles. Hacíamos trabajos a domicilio con mi papá, nos dedicábamos a restaurar muebles viejos, hacer reparaciones, colocar puertas y ventanas, reparar sillas y mesas.
Teníamos muchos clientes porque nos recomendaban. Mi papá siempre me decía que ni un clavo tenía que tocar de una casa ajena, porque la confianza era nuestra carta de presentación en cada casa que íbamos, eso siempre nos dio mucho éxito en el trabajo y por eso teníamos muchos clientes.
Un momento muy crítico para toda la familia fue cuando se accidentó trabajando y se cortó cuatro dedos de la mano, tuvimos que remar de aquí para allá porque teníamos que pagar alquiler, él se quedó sin trabajar como dos años y además del daño físico, él se quedó muy deprimido, fue un golpe demasiado duro para él y todos nosotros.
Gracias a Dios en ese entonces estábamos viviendo en la casa de uno de mis tíos, que nos dio un tiempito de espera y después nos mudamos a otro lugar.
Puedo decir que mi superación para permanecer fuerte fue mi papá, que siempre tuvo una fortaleza que nunca yo he visto, emocional y espiritualmente, al curarse él volvió a trabajar y no se rindió. Mi papá fue mi motivación para no rendirme y superarme porque a pesar de las caídas, él volvía a levantarse. Después de todos esos problemas, volvimos a trabajar y empezar desde cero.
Un golpe muy profundo en mi vida fue cuando mi papá se enfermó, le diagnosticaron cáncer en los huesos, en ese momento me costó asimilar y fue otra situación muy difícil porque yo tuve que ser el pilar para mis hermanos y para mi mamá, no fue fácil ver a mi papá con esa enfermedad, lastimosamente después de luchar contra el cáncer falleció. Años después tuvimos otra terrible noticia en mi familia, mi mamá también se enfermó de cáncer de los pulmones, porque ella trabajó mucho tiempo en la parte de maquinaria de una fábrica y el polvo que salía de las ropas le hizo daño permanente, en aquel entonces no utilizaban tapabocas, es lo que me explicó el doctor.
Fue un golpe tras golpe para nosotros, yo también le llamo prueba, creo que son pruebas que nos toca pasar en la vida para fortalecernos y aprender a no rendirnos a pesar de las dificultades.
Retorno de estudios
Años más tarde, conocí a mi esposa y ella fue uno de los mayores regalos que tuve en mi vida y me ayudó a cumplir uno de mis sueños que era culminar el colegio. Un día estábamos conversando sobre eso con mi esposa y ella me comentó que la empresa Retail SA estaba ofreciendo cursos acelerados para terminar el colegio en convenio con el Ministerio de Educación.
Me inscribí y empecé a estudiar. Fue realmente un desafío porque hace más de 25 años dejé de estudiar (tenía 45 años) y no me acordaba de muchas cosas y fue como empezar de cero, me iba a estudiar los miércoles y viernes, como trabajaba en una estación de servicios tenía que pedir permiso para salir más temprano esos días o cambiaba de turno con mi compañero, me despertaba todos los días temprano para estudiar y finalmente me recibí.
Con sacrificio logré terminar el colegio y salí mejor alumno con otro compañero, fue un orgullo demasiado grande y jamás me imaginé que además de terminar, iba a salir como alumno destacado.
Emprendimiento
Como siempre me dediqué a la carpintería, un día pensamos con mi esposa en tener nuestra propio taller, luego iniciamos con Urunarte, que es nuestro emprendimiento, Tengo un pequeño taller en casa en la ciudad de San Lorenzo y fabrico todo tipo de muebles por pedidos como portavinos, repisas, estantes, y lo que más me solicitan son muebles rústicos de palets. Me levanto temprano y empiezo a trabajar en los muebles, porque todos tienen un proceso diferente y algunos llevan un poco más de tiempo.
Agradezco que nunca me falta trabajo y siempre tengo clientes, sobre todo en este diciembre, en Navidad tuve muchísimos pedidos. Me siento bastante realizado porque a pesar de todas las pruebas difíciles que tuve en mi vida hoy en día pude cumplir mis sueños. Culminé mis estudios secundarios, tengo mi propio tallercito y trabajo en lo que me gusta, como también tengo una hermosa familia que me apoya y me motiva siempre a salir adelante.
Sé que hay mucha gente que ahora se sentirá como yo, que tuve momentos muy duros en mi vida y les insto a que se fortalezcan primeramente en la familia, sobre todo en la perseverancia, porque todas son pruebas que vivimos a diario, pero con constancia se puede llegar a la meta.