El Ministerio de la Mujer explica que las interacciones violentas dentro de la pareja están directamente vinculadas con el aumento de la tensión en las relaciones de poder establecidas; seguidamente se tiene la explosión, donde se da violencia física y finalmente el agresor pide perdón y promete que no volverá a suceder.
La fase 1: De acumulación de tensión
Esto es cuando se suceden episodios, algunos pequeños, como roces permanentes que se van naturalizando en la pareja. Esta fase puede durar años y aquí se puede ayudar a la víctima y prevenir la fase siguiente.
Fase 2: De explosión, el golpe
Esta es la etapa donde la mujer enfrenta el golpe, hay empujones contra la pared o muebles y decide denunciar, llama al 911 o al 137, llama a su hermana/o, amigas/os, pide ayuda.
La violencia física es un detonante. Hay que asistir, proteger y ponerle fin a la condición de violencia, solicitando ayuda en las instituciones que asisten a las víctimas.
Fase 3: De luna de miel
Tras la intervención policial, fiscal y judicial se produce el arrepentimiento de agresor. La mujer lo perdona, cree en él una vez más, cree que va cambiar, que ella es la culpable de lo que pasó, que las autoridades “interpretaron mal lo que dijo” y lo perdona finalmente.
Desde el Ministerio de la Mujer explican que las víctimas muchas veces lloran cuando saben que no pueden retirar la denuncia, entonces se retractan, pueden volver a declarar o no comparecen a las citaciones del Ministerio Público ni del Poder Judicial.
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Las víctimas salen a defenderlo públicamente por las redes, diciendo que no es su caso, y que les pasa a otras mujeres, y así el ciclo vuelve a empezar.
“De esta forma, la violencia se transforma en algo habitual, se naturaliza. Por eso es muy importante detectar las señales y ofrecer ayuda, la víctima permanece con su agresor, aunque no quiera estar allí, porque no puede salir del círculo o ciclo de la violencia”, expresa el Ministerio de la Mujer.
Estas fases no necesariamente son lineales y estables, y el periodo de tiempo en que se manifiestan varía, pudiendo darse en lapsos muy cortos, según explica.
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Es importante considerar que aun cuando la mujer haya solicitado ayuda y se encuentre dentro de un sistema de protección, un albergue transitorio o con medidas de protección, no significa que el ciclo se haya cortado, por lo que es indispensable dar seguimiento al proceso.
¿Dónde denunciar?
Los hechos de violencia contra la mujer pueden y deben denunciarse en la Comisaría más cercana, en el Ministerio Público o en el Poder Judicial, que forman parte de las instituciones que tienen el deber de proteger.
El Ministerio de la Mujer informó que colabora asistiendo y direccionando a las víctimas, para que las instituciones involucradas brinden atención, cada una en su rol.
El Ministerio de la Defensa Pública, a través de las Defensorías Especializadas en la Ley 5777/16, ofrece patrocinio legal a las mujeres en situación de violencia, línea 133.
Es muy importante identificar la violencia, acudir a los servicios de atención, el apoyo emocional y el asesoramiento pueden ser fundamentales para superar las secuelas psicológicas de la violencia.