El comisario Diosnel Alarcón, de la Unidad de Delitos Informáticos de la Policía Nacional, mencionó que Paraguay forma parte de una red internacional de delitos del cibercrimen en el que periódicamente se reciben alertas de amenazas.
Dijo que no es la primera vez que se realiza una intervención por un comentario que se realiza en alguna red social, pero que a diferencia de otras ocasiones esta semana tomó intervención la Agencia Federal de Investigación e Inteligencia (FBI) de los Estados Unidos, ya que se hizo mención al tirador que acabó con la vida de 21 personas de una escuela en Texas, EEUU.
“Estas alertas que se generan de esta red social dentro de su política colaborativa con las autoridades de aplicación de la ley, lo hace tanto con la Policía Nacional del Paraguay como también con el Ministerio Público a través de una red”, comentó.
Agregó: “Dentro de esa política comunicacional que tienen estas redes, (se alertan) principalmente cuando hay explotación sexual infantil, abuso de menores, cuando ellos encuentran ciertas imágenes y, por otro lado, también incluyeron hechos que puedan atentar contra la vida de otras personas o que se van a quitar la vida”.
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Es así que dependiendo de la alarma que se recibe toma intervención la unidad especializada en delitos del cibercrimen para identificar al perfil.
“En el caso particular que ocurrió el jueves, se recibió esa alarma y vino con esa información primaria del usuario, entonces nuestra función es saber quién está detrás de ese perfil, muchas veces es un perfil falso y muchas veces son personas bromistas que quieren alarmar o aparecer en televisión”, mencionó.
Explicó que en el caso del adolescente paraguayo que alentó el ataque en la escuela norteamericana realizaron un análisis del usuario para identificar el perfil primeramente con los datos básicos enviados.
“Si nosotros necesitamos más información, ahí interviene el Ministerio Público para que a través de un oficio vengan las informaciones complementarias como la geolocalización, correo, informaciones que nos permitan identificar a la persona detrás del perfil, una vez corroborados los datos de analítica artificial, nos constituimos en la casa del adolescente”, relató.
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Alarcón sostuvo que en este caso se llegó hasta un adolescente que anteriormente ha sido víctima del bullying, que no vive con los padres, sino con familiares.
“Es un niño que convive solo en un mundo virtual, entonces genera una conducta, pero esa conducta se genera a causa de múltiples factores que él viene pasando, entonces no podemos satanizar el uso de internet y las redes sociales”, argumentó.
El profesional reconoció que faltan políticas estatales que acompañen a los padres o tutores a conocer los peligros cibernéticos y trabaje en la comunicación en prevención y cuidados que se deben tener a la hora de que los niños, niñas y adolescentes estén en internet.
“Esto llega a pasar no porque el niño esté jugando tal juego, no porque esté en un mundo donde siempre está interactuando en las redes, pero influyen múltiples factores, que el adolescente llegue a esta conducta para nosotros nos resulta peligrosa, porque ese chico también convive dentro de un entorno social”, rescató.