Cerca del mediodía de este viernes, luego del toque de las sirenas, la estrepitosa caída del edificio Mónaco sacudió el Club Campestre de Medellín, Colombia, a donde cientos de víctimas acudieron para presenciar el derribo de la estructura, propiedad de Pablo Escobar.
En horas de la mañana, la Alcaldía de Medellín, junto con otras autoridades, rindieron un homenaje a las familias de las víctimas de la violencia generada por las bandas del narcotráfico en Medellín.
Posteriormente, una vez asegurada la zona, procedieron a la implosión del edificio Mónaco, ubicado en una zona exclusiva de El Poblado. La construcción tuvo ocho pisos, 12 apartamentos, 34 parqueaderos en el sótano, tres ascensores, canchas de tenis, piscinas y baño turco y estuvo valuada en más de USD 1,6 millones, informó El Tiempo.
El presidente de Colombia, Iván Duque, aseguró que la implosión del edificio Mónaco, en donde vivió el jefe del cartel de Medellín, es el triunfo de la “cultura de la legalidad”.
“Creo que este evento que va a ver el mundo el día de hoy significa la derrota de la cultura de la ilegalidad y el triunfo de la cultura de la legalidad”, dijo el jefe de Estado poco antes de que la edificación fuera reducida a escombros.
En el lugar se construirá un parque en memoria de las víctimas del narcoterrorismo con el que Escobar intentó someter a la sociedad y el Estado colombiano en los años 80 y 90 del siglo pasado.
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“Espero que todas las personas que vengan a visitar el monumento en favor de las víctimas, recordándolos a ellos, vean cómo Colombia pasó esa horrible noche del Cartel de Medellín y se construye ahora una sociedad de innovación, creatividad, ciencia, tecnología”, añadió el gobernante colombiano.
Igualmente, dijo que la implosión del edificio “significa que la historia no se va a escribir en función de los victimarios, sino que la historia se escribe reconociendo a las víctimas”.
Enfatizó en que también significa la resiliencia, “la fuerza y la grandeza del pueblo colombiano y del pueblo antioqueño” que tuvieron que soportar por años esta violencia generada por el narcotráfico.
“Creo que hoy no es simplemente la implosión de un edificio. Hoy es el resurgimiento de una historia construida con la memoria de las víctimas”, añadió el jefe de Estado.
Destacó que Medellín es la primera ciudad en un país de habla hispana que recibe un centro para la Cuarta Revolución Industrial, uno de los cuatro que se crearán en 2019 al amparo del Foro Económico Mundial.
Decenas de expertos trabajaron en los preparativos para la implosión del edificio de ocho plantas que fue residencia de Escobar y su familia y que desde su muerte, el 2 de noviembre de 1993, atrae a turistas a los llamados “narcotours”.
El edificio Mónaco, que estaba en ruinas, fue blanco de un atentado con carro bomba en 1988 por parte del cartel de Cali, en uno de los episodios más sangrientos de la ciudad.
Escobar eligió al barrio Santa María de los Ángeles, que hace parte de El Poblado, como el lugar para construir en 1986 el Mónaco, bautizado así en honor del principado, y residencia de varios de sus familiares y de sus guardaespaldas.
La guerra entre los carteles de Medellín y Cali dejó su huella en esa edificación por el atentado terrorista del 13 de enero de 1988, que causó tres muertos y 10 heridos y dejó al descubierto, entre las ruinas del predio, una colección de decenas de autos deportivos de Escobar.
La implosión hace parte de la iniciativa “Medellín abraza su historia”, liderada por las autoridades locales para rendir homenaje a las víctimas del narcoterrorismo en la ciudad.