Un grupo de pequeños productores de la colonia Araújo Cué, distrito de Curuguaty, Canindeyú, presentó formal denuncia ante la opinión pública sobre presuntas irregularidades en el marco de un convenio entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), las empresas Unops, STP y la Itaipú Binacional, en la ejecución de un proyecto de apoyo que debió convertirse en política de Estado.
El proyecto de modernización y tecnificación con enfoque de agricultura de conservación se inició en el año 2014, dirigido a 91 familias campesinas de la colonia Santa Rosamí, también conocida como Araújo Cué, distante a 25 kilómetros de Curuguaty.
La Unops, organismo de la ONU y ganadora de la licitación, debió sembrar cultivos tradicionales en una extensión de dos hectáreas a cada beneficiario; igualmente, la realización de todos los trabajos concernientes a preparación de suelo en dicho menester.
Pero según Julián Vera, uno de los beneficiarios, en absoluto se cumplió con el compromiso asumido por el Gobierno desde el inicio del proyecto para el sector de los pequeños productores de la zona. “Qué es lo que pasa, la Unops no tiene responsabilidad, no hace reunión con los productores, maneja a su antojo y nunca nos visita”, denunció.
“Se desembolsa supuestamente dinero millonario a nuestro nombre y se desvía; seguro el presidente de la República cree que en Araújo Cué se producen 700 a 800 mil kilos de maíz con apoyo del Gobierno, sobre papeles sí, pero ni un cuarto no se produce, se malinforma al ministerio y a la Itaipú”, manifestó Vera, al tiempo de asegurar que los beneficiarios no les firman las planillas, por lo que hay sospecha de falsificación de firmas para la justificación de los trabajos.
El denunciante exige la inmediata intervención, a través de una auditoría, del proyecto, donde se constatará la mala calidad de la semilla, la falta de cumplimiento de los compromisos como la provisión de abonos, entre otros, que se han pactado a principio. Resultado del incumplimiento hay robo de maíz entre los pobladores, porque algunos plantaron por propia cuenta y muchos no sembraron esperando la ejecución del proyecto que no se concretó, “y a falta de producción hay robos” precisó.
PRUEBA. Por su parte, Édgar Colina comentó su experiencia personal y exhibió el maíz que plantó en una parcela de su propiedad. Dijo que realizó la siembra hace aproximadamente 22 días. Consideró que se debió plantar más temprano, entre los meses de agosto hasta noviembre del año pasado, razón por la cual prendió muy poco y también cree que se debe a la mala calidad de la semilla que le fue entregada. “La empresa es irresponsable, no cuenta con maquinarias en forma permanente”, acusó.