La profesional sostuvo que al observar quiénes son los que dirigen los hospitales públicos del país, se puede encontrar a personas que no tienen méritos y a veces ni formación para desempeñar esas funciones.
“Hay médicos que no tienen esa capacidad y que acaban de terminar la universidad, son médicos generales que nunca pasaron por una urgencia y hoy son los administradores de los hospitales sin haberlo hecho. Pues, me pueden decir ‘no, a lo mejor hizo un curso de administración hospitalaria’, pero ni eso hicieron”, manifestó González.
El caso de Villarrica es un ejemplo claro, según la sindicalista. Recientemente, el director Cristian Matto fue destituido del Hospital Regional, tras la muerte de un bebé por falta de terapia intensiva, cuya sala neonatal se acababa de inaugurar, pero cuando sucedió la urgencia, estaba cerrada por faltante de insumos.
González indicó que el nuevo director nombrado en su reemplazo, Rigoberto Alarcón, tiene una relación cercana con el gobernador de Guairá, César Sosa.
“Al cambiarle al director del hospital, le ponen a otro médico que es un médico general. Sin la experiencia en la administración. Este médico es elevado a director regional y es médico general. ¿Cuáles son sus méritos para ser director de un hospital? Antigüedad no tiene tampoco. Su único mérito es ser amigo del gobernador. O sea, en Villarrica, el que pone los directores de los diferentes hospitales distritales o el regional es el gobernador”, resaltó.
Se trata de una práctica común, añadió, porque también sucede en Amambay y en Caaguazú, donde es el gobernador el que designa a los médicos que estarán al frente de los hospitales.
Mencionó que en Coronel Oviedo tienen mayor influencia los congresistas, que son los que mandan. “Yo te puedo incluso decir que son escasos los hospitales donde no existe una partidización oficialista de la administración”, expresó.
Lamentó además que sea en esos hospitales partidizados donde se forman los médicos en sus especialidades, y agregó que lo que falta es un golpe de timón para poder cambiar el sistema. “Cómo nosotros vamos a formar si es que desde la raíz luego está todo mal, está podrido todo”, indicó.
Otro caso que conmocionó a nivel nacional fue la muerte de otro bebé, pero en el Hospital Materno Infantil de Coronel Oviedo, por una supuesta negligencia médica.
El parto debió realizarse por cesárea, pero no había anestesiólogo y la madre fue sometida a un parto normal, pero el bebé no resistió.
Estos dos casos pusieron a la ministra de Salud, Teresa Barán, en la cuerda floja, pero el presidente Santiago Peña decidió darle su respaldo y mantenerla en el cargo.
Sin embargo, el sector de blanco considera que la ministra debe renunciar, ante la crisis en el sistema de salud.
El Círculo Paraguayo de Médicos insiste en la dimisión de Barán, quien decidió solo cortar cabezas en el Hospital de Villarrica.
Para el gremio, las declaraciones de la ministra fueron para lavarse las manos, ya que acusó a Matto de haber cerrado por “decisión unilateral” la Terapia Neonatal para las refacciones, cuyo acto incidió en el fallecimiento del bebé.
“La permanencia de la ministra de Salud, a pesar de las denuncias y el descontento generalizado, evidencia su falta de empatía y de un verdadero compromiso con el bien común”, argumentaron en un comunicado los médicos organizados.