19 sept. 2024

Desafío demográfico

Los datos finales del Censo Nacional de Población y Viviendas 2022 arrojan luces sobre una realidad demográfica en Paraguay que, aunque ofrece oportunidades, también presenta desafíos significativos para el futuro del país. Con una población de 6.109.903 habitantes, la nación se enfrenta a un escenario que difiere notablemente de las proyecciones previas, mostrando una disminución considerable respecto a las expectativas, lo que invita a un análisis más profundo de las causas y las consecuencias de esta variación.

Una de las primeras observaciones que se desprenden de estos resultados es la clara concentración poblacional en los departamentos de Central, Alto Paraná, Itapúa y la capital, Asunción, que en conjunto albergan al 58,4% de los paraguayos. Esta distribución evidencia una tendencia hacia la urbanización y la migración interna hacia áreas con mayor conectividad y oportunidades económicas. Sin embargo, este fenómeno no es nuevo, y aunque refuerza la importancia de estas regiones como motores económicos del país, también subraya la necesidad urgente de políticas que promuevan el desarrollo equitativo y sostenible en otras zonas del país, particularmente en áreas rurales y menos desarrolladas.

Otro aspecto crucial revelado por el censo es el cambio en la estructura de la población por edad. Con una edad mediana que ha aumentado a 29 años y una disminución en la tasa de dependencia –con 51 personas dependientes por cada 100 en edad de trabajar–, Paraguay se encuentra en un momento demográfico que podría considerarse ideal para capitalizar lo que los expertos denominan el bono demográfico. Esta ventana de oportunidad, sin embargo, no es eterna. La creciente longevidad y el envejecimiento de la población, especialmente en departamentos como Ñeembucú y Paraguarí, plantean un desafío a largo plazo: la necesidad de adaptar las políticas públicas, el sistema de salud y las estructuras de seguridad social para atender a una población que, en el futuro cercano, demandará más servicios y recursos.

El ritmo de envejecimiento de la población, más acelerado de lo previsto anteriormente, debe ser tomado como una señal de alerta. Las políticas de salud, empleo y protección social deben reformularse y adaptarse a esta nueva realidad. Además, es imperativo considerar cómo la disminución en las tasas de fecundidad y mortalidad, junto con los patrones migratorios, afectarán no solo la composición demográfica, sino también la economía del país en las próximas décadas.

Vale una mención aparte para las interrogantes que se plantearon inicialmente sobre los números del censo, por su variación con las proyecciones. Nuestro país merece cálculos más precisos para tomar mejores decisiones a futuro.

Finalmente, los resultados del Censo 2022 pintan un panorama mixto; por un lado, ofrecen una oportunidad única de aprovechar el bono demográfico para impulsar el desarrollo económico y social, por el otro, advierten sobre los retos que el envejecimiento poblacional impondrá en un futuro no tan lejano. Paraguay debe actuar con previsión y sabiduría, tomando decisiones que aseguren un crecimiento inclusivo y sostenible, capaz de enfrentar los desafíos que se avecinan.

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