En su opinión, el impasse con la DEA ha dejado un antecedente “bastante complejo e incómodo”. Más aún considerando que dicha institución antidrogas de los Estados Unidos, a la que la Senad comunicó que cortaba la cooperación con ella, es un organismo que trabaja a nivel hemisférico desde hace muchísimo tiempo y que colabora con tecnología e información. Además, dice, porque el crimen organizado transnacional no se puede combatir solamente con inteligencia nacional. “Eso fue realmente un traspié muy grave por parte del Gobierno”, afirma sobre la ruptura unilateral de la cooperación con la DEA. De ahí que recomponer este tema y evitar que se retire del país el organismo, es una de las prioridades a su criterio.
Una cuestión más que debe colocarse en materia exterior es la posición que tendrá el Gobierno de Peña frente a la crisis en Venezuela, ya que el próximo 10 de enero debe asumir Edmundo González, “quien ganó ampliamente las elecciones del 28 de julio de 2024 y es reconocido por la mayor parte de la comunidad internacional”.
La posición de Paraguay sigue siendo ambigua, ya que una de las primeras acciones del presidente Peña fue restablecer las relaciones con el Gobierno de Nicolás Maduro, una decisión sumamente cuestionada y contradictoria”, dice.
Otro tema muy próximo y desafiante de política exterior es lo que vaya a suceder en la elección del nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), en marzo, cargo que el canciller nacional, Rubén Ramírez Lezcano disputa con su homólogo de Surinam, Albert Randim, para el período 2025-2030.
Nakayama dice que “el Paraguay tiene una brillante oportunidad de escalar y subir al escenario regional y hemisférico con la candidatura del canciller Ramírez Lezcano para la OEA. Es un candidato sólido, creo que tiene y reúne los requisitos para poder ser el titular de este importante organismo americano”, afirma.
Nakayama destaca además como un tema que debe ócupar a la política exterior el tratado birregional Mercosur-Unión Europea, puesto que llevará aún su tiempo operativizarse, ya que hay un proceso de aprobación interna por parte de los distintos países miembros de la Unión Europea y también de los congresos del bloque sudamericano. Además, “todavía hay focos de resistencia proteccionista en algunos de países europeos”. Por su parte, Carlos Mateo Balmelli, ex vicecanciller, resalta que ante el nuevo gobierno de los Estados Unidos, país que considera un aliado extrazona fundamental, “el Paraguay debe empeñarse en ser tratado como un país soberano”. A criterio suyo, la Embajada de los EEUU demostró actitudes que no se condicen con un trato a un país soberano, fundado en el principio de la igualdad jurídica.
ANEXO C DE ITAIPú. Mateo Balmelli resalta particularmente la renegociación con el Brasil del Anexo C del Tratado de Itaipú Binacional que está en marcha lenta y que podría hallar su definición este año.
Al respecto, resalta que el Paraguay tiene que lograr un entendimiento superlativo con la República Federal de Brasil, en estos temas: Uno, el uso de las aguas arriba y aguas abajo. Que se incluya el debate sobre el uso de las aguas, que tenga como base el Acuerdo Tripartito suscripto en octubre de 1979 entre los gobiernos paraguayo, argentino y brasileño.
“Hay que regularizar el uso de las aguas del río Paraná, porque aguas arriba y aguas abajo afectan la capacidad productiva de Itaipú e igualmente de la represa Yacyretá”, precisa.
Dos, dice que también hay que cumplir el Tratado y dotar a la entidad binacional Itaipú de las infraestructuras de ingeniería eléctrica necesarias para transformar en 50 hertz la energía producida en 60 hertz. Hoy, por el proceso inverso, Paraguay transforma energía de 50 hertz en 60 hertz y se inyecta en el mercado brasileño. “Para nosotros es clave dotar a la Itaipú para transformar la producción brasileña de energía que se produce en 10 turbinas, que se produce en 10 turbinas y en 60 hertz y poder transformarlo en 50 hertz”.
El Anexo C, resalta, tiene que tener el propósito de que Paraguay también pueda ejercer el mismo derecho que le otorga el tratado a Brasil.
En la negociación debe considerarse el rol que va a cumplir la Itaipú Binacional, tanto en el sistema energético brasileño y en el sistema energético paraguayo, sostiene. Y en cuanto a nuestro país, considerar que más temprano que tarde, “los paraguayos vamos a necesitar una seguridad energética y en ella, qué rol va a jugar Itaipú en la matriz energética”. En su opinión, los negociadores paraguayos “tienen que tener una visión estratégica de la hidroeléctrica y mirar de aquí a cincuenta años”.
