La construcción de la oposición como proyecto aglutinante para competir contra el Partido Colorado en el 2023 entró en un terreno fangoso y a pesar de la supuesta convicción aliancista que declaman los distintos protagonistas, bajo la mesa la mayoría admite que no hay claridad ni convicción.
El obstáculo principal es la grieta liberal y la guerra fratricida entre Efraín Alegre y Blas Llano, que lastra cualquier intento de acuerdo, porque el PLRA es el cimiento principal de todo proyecto político opositor por su estructura, electorado y su ejército de mesarios. Desde sectores no liberales señalan que no es posible hablar con un partido con dos cabezas y que no se avizora solución alguna a corto plazo.
Si bien hay un consenso sobre la unidad para combatir a la ANR que se fortaleció en las últimas elecciones municipales, la fórmula de elección de la chapa presidencial es la discusión principal. La Concertación, dice la mayoría, solo beneficia a Efraín y al sector de partidos minoritarios que lo apoyan. No están de acuerdo por varias razones el Frente Guasu, Kattya González y otros que no integran la mesa de partidos. La diputada plantea definir la chapa vía encuestas con fiscalizadores internacionales, propuesta rechazada porque se considera una vía no democrática, además de su nula credibilidad.
El panorama opositor tiene por ahora un abanico de candidaturas que en principio disputan la chapa presidencial, aunque varios sobreactúan, ya que el objetivo real es la chapa vicepresidencial o un lugar en la lista del Senado.
DANZA DE CANDIDATURAS. En el PLRA, que busca encabezar la chapa Efraín Alegre, por ahora, tiene mayores chances en las bases. Le disputan el gobernador de Cordillera, el llanista Hugo Fleitas, y el ex intendente de Asunción Martín Burt. Estos dos últimos son piezas en un tablero que se juega más allá del partido.
El Frente Guasu define el 24 a su candidato presidencial en una asamblea que decidirá entre Sixto Pereira y Esperanza Martínez.
Desde la gradería observan la ex ministra Soledad Núñez y la diputada Kattya González, quienes exigen sus espacios declarando popularidad en segmentos esquivos a los dirigentes tradicionales.
Se menciona con insistencia que Alegre formaría dupla con Soledad, porque con ella conquistaría los esquivos votos de la derecha y los jóvenes. Sus asesores le habrían recomendado inclinarse por la ex ministra de Cartes antes que pactar electoralmente con el Frente Guasu.
EL FACTOR EUCLIDES. La precandidatura de Euclides Acevedo agitó la semana. Aparece como ficha de consenso transversal de sectores conservadores y grupos fácticos de poder, incluyendo a un sector de la ANR. Sería la ficha de Llano y le acompañaría Fleitas. Supuestamente, tiene el apoyo de Fernando Lugo, lo que generó confusión en el escenario.
Dirigentes de izquierda ven con desconfianza el acercamiento del ex obispo con Euclides. “Son compañeros de truco de hace años”, dicen con referencia a una foto que se viralizó estos días, donde también aparece el ex fiscal general Candia Amarilla. Pero admiten que si Lugo se decanta por él, será muy difícil explicar a las bases. “Es un comodín del poder, agrada a todos, no rompe nada, es lo contrario al cambio que planteamos”, marcan diferencia. La sospecha de que es una maniobra colorada crece con la actitud del gobierno colorado de Mario Abdo que no lo destituyó apenas empezó a hablar de su candidatura. “Si no molesta a los colorados, es porque su candidatura responde a ellos”, señalan como prueba.
Es una desconfianza atendible. En la ANR mantienen una guerra campal cartistas y oficialistas, pero el presidente de la República mantiene en el cargo al ministro de Relaciones Exteriores, quien anunció su candidatura presidencial por la oposición. Llamativamente ningún colorado cuestiona esta anomalía.
Euclides asegura que no es un caballo de Troya de la ANR en la oposición. “No soy un plan B de Marito ni un recurso clandestino de Cartes”, aseguró a los medios.
SEÑALES. Aunque muy tímidamente, sectores empresariales decidieron jugar más abiertamente en estas elecciones. De hecho, Soledad Núñez responde a ese sector. La burguesía empresarial también ve con buenos ojos a Euclides, quien además se ufana del apoyo de militares y policías. Algunos sectores económicos consideran que con la ANR ya no es posible un país medianamente viable. Más allá de quien ejerza el poder, la corrupción y la narcopolítica se consolidan de manera escandalosa. Otro factor es el miedo al copamiento total de Horacio Cartes con su eventual retorno. El cartismo apuntaló como ningún otro la puerta giratoria, o sea el uso abusivo de las informaciones estratégicas del Estado para la inversión privada. Hoy ven que el ex presidente está en todos los rubros de la economía. Saben que si su delfín Peña llega al poder, será el poder detrás del poder y juez y parte de toda la economía. Un feroz competidor que fagocitará a los más pequeños con reglas y jueces bajo su absoluto mando.
En las siguientes semanas el panorama se aclarará en lo que se refiere a las reglas de juego para la definición de candidaturas. Allí se verá cuáles jugadores ingresan para disputar limpiamente y quiénes solo para embarrar la cancha. Porque en este contexto de desconcierto e incertidumbre, los caballos de Troya ya salieron de sus gateras