22 dic. 2024

Desconexión política

El discurso es importante cuando se trata de un representante político, una figura en la que la población confía y deposita sus esperanzas de mejorar su calidad de vida.

En los últimos días, el uso y abuso del Estado que hizo el sector político, sirviéndose de sus privilegios, demostró cuán desconectados están en realidad de los problemas de la gente. Los hijos del poder ocupan cargos, no precisamente oficinas, porque muchos no acuden a trabajar, pero sí cargos que les son otorgados mediante influencia de sus padres, en su mayoría legisladores.

Pero el caso más llamativo por revelar cómo piensan nuestras autoridades es el del diputado colorado por Canindeyú, Benjamín Cantero, quien hace poco se cambió de carpa, pasó de Fuerza Republicana a una bancada independiente para apoyar directamente al oficialismo liderado por Santiago Peña.

Cantero tiene a su esposa Silvia Noemí Vega como funcionaria de la Cámara de Diputados, percibiendo un salario de más de G. 12 millones, que se suma al suyo de más de G. 32 millones. Para el parlamentario no alcanza el dinero, asegura que apenas cubre el combustible y otros gastos, pero ante la consulta de cuál es la opción que tienen las personas más pobres para mejorar su vida, solo se limitó a responder que deben levantarse más temprano y vender caramelos o cualquier otra cosa.

Una persona pobre debe esforzarse más, pero él y su partido pidieron hace poco un aumento de salario que se incluyó en el presupuesto general y que no se aprobó solo por la gran presión ciudadana. Se trataba de una enorme incoherencia para un gobierno que entró pidiendo austeridad.

Las declaraciones de Cantero son muy graves porque muestran cuál es el pensamiento de quienes nos dirigen. El diputado desconoce el concepto de pobreza estructural, los niveles de acceso a oportunidad, a recursos, las desigualdades en la distribución de la riqueza. El pobre no decide ser pobre, es una condición dictada por un sistema que no brinda garantías. Para eso está el Estado, para proteger y tomar medidas que se orienten a que el crecimiento económico alcance a la población.

Paraguay tuvo un crecimiento del 5% del PIB en 2023, pero esto no se vio reflejado en el bienestar de la población, una premisa que el mismo Santiago Peña reconoce. La pobreza total es de 1.800.000 personas, según el último informe del INE. En porcentaje, se trata del 24,7% de la población. De ese número, la franja de pobreza extrema es de 5,6%.

Lo que sucede en este país es vergonzoso, las acciones del gobierno no son suficientes para estar mejor. La pobreza sigue aumentando mientras el Estado tiene cada vez menos disponibilidad presupuestaria para destinar a servicios públicos, como salud, educación o inversión en infraestructura, para dar condiciones al capital privado generador de empleo. La inversión pública no es posible sin un aumento de la recaudación del Estado que se debe dar mediante impuestos. Si se sigue recurriendo al endeudamiento público solo se tendrán cada vez menos recursos para cubrir lo básico.

Este es el compromiso al que debe apuntar el sector político que hoy está más preocupado en su propio bienestar.

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A continuación, una columna de opinión del hoy director de Última Hora, Arnaldo Alegre, publicada el lunes 2 de agosto de 2004, el día siguiente al incendio del Ycuá Bolaños en el que fallecieron 400 personas en el barrio Trinidad de Asunción.