Los vestigios de la criatura marina fueron hallados en la población de Zapatoca, departamento de Santander, Colombia, por los paleontólogos Edwin Cadena, de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario, y Jorge Carrillo, de la Universidad de Zúrich en Suiza.
“Lo relevante de esta especie fósil es que constituye el primer registro de una familia de tiburones extintos de dientes planos en todo el continente americano”, dijo Cadena, que también es el director del pregrado en Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario.
Esta especie de tiburón habitó parte del mar que cubrió lo que hoy es Colombia hace aproximadamente 135 millones de años, durante el periodo geológico conocido como Cretácico temprano.
Cadena, citado en un comunicado de la Universidad del Rosario, explicó que durante los casi 400 millones de años de evolución de los tiburones han existido formas que para muchos podrían ser impensables incluyendo especies “con dientes totalmente planos, similares a pequeñas fichas de un dominó que servían para aplastar el alimento, más que para cortar y rasgar como en el caso de los dientes afilados de la mayoría de tiburones vivientes”.
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En julio de 2020, Cadena informó que descubrió, también en Zapatoca, fósiles de un pterosaurio, un reptil vertebrado volador, que vivió hace unos 135 millones de años, medía unos cinco metros cuando extendía sus alas y se alimentaba principalmente de peces y cangrejos.
Para la época en que los pterosaurios surcaban los cielos, Colombia estaba sumergida bajo el mar y todo Santander era como el Caribe, una zona de transición entre mar y playa y por eso estos sitios fueron escogidos por tortugas y cocodrilos para poner huevos y alimentarse y también por los pterosaurios.
Cadena no solo encontró fósiles de un pterosaurio en territorio colombiano, sino que lideró un equipo que halló en el desierto de La Tatacoa, en el departamento del Huila (sur), los de la tortuga más grande que ha existido en la historia de la tierra.
El hallazgo lo hicieron en el 2014 y correspondió a caparazones pertenecientes a la Stupendemys geographicus. Su caparazón llegaba a medir casi tres metros de largo y pesaba 1.100 kilos.