Carlos Morales
Encabezando el equipo que llevó adelante la intervención, la doctora Jabibi Noguera conoció más a fondo la realidad del Instituto Nacional del Cáncer (Incán) y Hospital Oncológico Manuel Riveros. Posteriormente, fue confirmada como directora a pedido de las propias asociaciones de pacientes y familiares. En su despacho habló con Última Hora sobre la realidad del cáncer, urgencias de la institución y los planes para cimentar su gestión.
–¿Qué encontró al llegar al Incán?
–Hay tres parámetros que tenemos que apuntar y seguir adelante con eso, tres debilidades, mejor dicho. El primero es la infraestructura del Incán. Este hospital tiene 40 años. Entonces nosotros necesitamos de alguna manera potencializar, arreglar, reestructurar, readecuar para la cantidad de pacientes que actualmente tiene.
–¿Y el segundo?
–Recursos humanos. Con vistas a la cantidad de pacientes que tenemos, necesitamos potencializar en médicos, enfermeras, personal de apoyo incluso para todo lo que representa este hospital. Tenemos 1.270 vínculos y necesitamos alrededor de 70 personas más distribuidas entre médicos, enfermeras, mantenimiento para personal de apoyo. Ya anteriormente la ministra María Teresa Barán nos proveyó de 40 funcionarios más. El tema también que hay que entender es que los recursos humanos especializados prácticamente no tenemos tanto. Pero en la medida que se van formando, vamos a ir compensando esa brecha que tenemos.
–¿Y la provisión de medicamentos, cómo está?
–Es el tercer parámetro. A nivel de provisión continua de drogas estamos trabajando. Hoy estamos bien, no nos falta nada. Pero siempre estamos en alerta roja.
Necesitamos saber cuántos pacientes oncológicos tiene el país a los cuales satisfacer la necesidad. Las drogas que nosotros tenemos son de altísimo nivel y primer nivel.
–¿De qué manera conocerán la cantidad de pacientes?
–En la Asesoría Jurídica del Ministerio de Salud están viendo cómo hacer para que cuando un paciente sea diagnosticado con cáncer sea realizada la notificación obligatoria a nivel central. De esa manera, sabremos cuántos pacientes hay en el país, en qué estadio se encuentran.
–¿Cuál es su plan para afrontar las crisis por la falta de medicamentos?
–Nosotros estamos trabajando en querer sistematizar e informatizar toda esa área de fármacos. ¿Qué quiere decir eso? Que cuando nosotros vemos que un fármaco tenemos solamente para seis meses, ahí empezar a llamar a licitación. No esperar a tener una deficiencia o un stock para un mes, y ahí comenzar a llamar, porque ahí no llegamos.
No hay otra manera de evitar las crisis si no es trabajando de esa manera. También sabremos la cantidad que necesitamos con base en la cantidad de pacientes que vamos a tener con el Registro Nacional de Pacientes.
–¿Hay voluntad política y presupuesto?
–La voluntad política es cien por ciento. El presupuesto nunca es suficiente. Claro. Recién cuando tengamos el Registro Nacional de Pacientes y sepamos la cifra de pacientes con cáncer, ahí yo puedo decir si me va a alcanzar o no.
–¿De cuánto es el presupuesto anual?
–Es de G. 450.000 millones . Y para el año que viene se prevé un presupuesto de G. 675.000 millones, que igual no es suficiente porque en salud nunca es suficiente. Como dice la ministra, nosotros tenemos necesidades infinitas, pero nuestros recursos son finitos. O sea, siempre tenemos un límite. La necesidad aumenta diariamente en todas las áreas de la salud.
–¿De qué manera trabaja para evitar los posibles conflictos internos?
–Trabajando, dialogando, hablando todos los días y tratando de que todos estemos en comunión. Todos los que trabajamos en el hospital tenemos un objetivo, que es el paciente, y todos tenemos la visión de que ese paciente se sienta lo mejor posible y que sea tratado de forma digna.
Soy una persona superabierta, el que quiere puede venir a hablar conmigo, estamos abiertos y si cada uno sabe lo que tiene que hacer, no puede haber conflicto.
–¿Dialoga con sindicatos y las asociaciones?
–Siempre estoy dialogando con los sindicatos y también con las asociaciones de familiares y pacientes.
Digo que nadie puede trabajar solo, yo no soy El Llanero Solitario, yo no voy a poder hacer jamás nada si ustedes, medios de prensa, no ayudan, si los sindicatos no ayudan, si los familiares de los pacientes no ayudan, si el Ministerio no ayuda, es imposible.
El paciente es el centro y alrededor están todos para crear una alianza con el fin de que salga curado del hospital.
–¿Qué significa el cáncer en un país como Paraguay?
–La palabra cáncer es una palabra que desestabiliza a toda la familia. Uno necesita de muchísima ayuda espiritual. Necesita la presencia de Dios.
Soy una persona que creo mucho en Dios; es más, estoy convencida de que sin Dios no me voy a ir a la esquina.
A partir de allí, la ciencia es un instrumento y ayuda. Es nuestra obligación como médicos darle a ese paciente lo mejor, lo que aprendimos durante toda una vida y es obligación del Estado y los que trabajamos en salud pública de proveer al paciente lo necesario para que salga adelante.
–¿Qué debería significar el cáncer en Paraguay?
–El cáncer debe ser tratado a nivel de Estado como una enfermedad curable. En los casos que afecta a niños, el 80% se cura.
Debería ser una prioridad para transformar el hecho de que los pacientes lleguen en estadios avanzados, detectando precozmente. Si llega a eso, creo que el Estado sale ganando lejos porque llegarán rápidamente y serán tratados y curados.
–¿El rol de la sociedad cuál debería ser?
–Cambiar el chip. Primero saber que el cáncer no es igual a la muerte. Que si se trata a tiempo se puede curar, sea niño, sea adulto. Que tenemos que acudir a nuestros controles, que nos tenemos que exigir a nosotros mismos ir, acudir a un hospital para hacernos nuestro control sin necesidad de estar enfermo. Eso debe enseñarse a todos desde niños en la escuela.
