04 ene. 2025

Desde hace 30 años, un filipino se crucifica en Semana Santa

Un ciudadano filipino se crucificó ayer por trigésimo año consecutivo en la localidad de San Pedro Cutud, al norte de Manila, para revivir la Pasión de Cristo tal y como aparece en la tradición cristiana.

Pasión.  Rubén Enaje en su trigésima crucifixión consecutiva.

Pasión. Rubén Enaje en su trigésima crucifixión consecutiva.

Rubén Enaje formó parte de un grupo de una quincena de personas que se crucificaron en esa población para emular el sufrimiento bíblico de Cristo a manos de los soldados romanos, interpretados por locales disfrazados con cascos de metal y túnicas rojas. Antes de subir a la cruz, Enaje mostró los clavos de acero de más de 7 centímetros, informó epa. Enaje pasó en la cruz 11 minutos como penitencia, más del doble de los 5 minutos que se mantuvo clavado en años anteriores, según el diario Philippines Daily Inquirer. Una vez terminado el ritual, el filipino fue bajado de la cruz y trasladado en una camilla.

tradición católica. Es una tradición arraigada en ciertas localidades en la muy católica Filipinas con motivo del Viernes Santo: fieles clavados en cruces para emular las últimas horas de Cristo, un ritual sangriento que no gusta a la Iglesia de Roma.

A lo largo de todo el día, decenas de crucifixiones tuvieron lugar en ciertas regiones del archipiélago ante miles de curiosos llegados para ver asimismo el espectáculo de los penitentes flagelándose hasta sangrar.

Al amanecer, varios hombres disfrazados de soldados romanos sacaron en procesión a Willy Salvador, un pescador de 59 años, por las calles de San Juan, localidad al norte de Manila, mientras el protagonista hacía gestos de dolor en silencio. efe-afp