12 may. 2025

Desigualdad social y narcotráfico son factores de violencia, dice IA

31536753

Desigualdad. La Chacarita y sus precarias viviendas que contrastan con la urbe asuncena.

Los últimos hechos de extrema violencia en las calles y la cantidad de siniestros viales reportados al 911, ni qué decir los actos de violencia relacionados con la inseguridad, que es el pan nuestro de cada día, nos llevan a preguntarnos: ¿Por qué tanta violencia en el Paraguay? La respuesta fue dada por el ChatGPT, que considera la violencia existente en el Paraguay, así como en otros países de la región, un fenómeno complejo, influenciado por múltiples factores interrelacionados. Lo que desarrolla sobre este fenómeno la inteligencia artificial está avalado por la licenciada Carmen Rivarola, psicóloga forense de la Policía Nacional, en todos sus puntos.
ChatGPT menciona múltiples factores, pero uno de los principales es la desigualdad social y la pobreza.

En este sentido, es una realidad que una gran parte de la población vive en condiciones de pobreza y vulnerabilidad; a esto agregamos una muestra de contraste, desde los Bañados, con sus precarias viviendas, y la urbe asuncena, con altos edificios y suntuosos departamentos.

Este factor, la IA desglosa en falta de oportunidades económicas y educativas, que puede empujar a muchas personas, especialmente jóvenes, hacia actividades delictivas.

Miles de jóvenes conocen el sabor amargo y la tristeza por no conseguir el primer trabajo o la imposibilidad de seguir estudiando, y deambulan tocando puertas con sus currículums en carpeta bajo el brazo.

icono whatsappRecibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsApp

Otro factor de violencia que destaca la IA es la debilidad institucional y la corrupción, lo cual habla de que las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley, muchas veces son percibidas como ineficientes o corruptas.

Al respecto, son innumerables las víctimas de distintos hechos que confiaron y siguen confiando en la Justicia, aunque en muchos casos no llega o tarda demasiado en llegar.

La impunidad termina debilitando la confianza ciudadana en el sistema judicial y fomenta la repetición del delito, por lo que muchos prefieren no buscar una justicia digna o hasta lo llevan a una justicia por mano propia.

Otro factor que cita es la presencia del narcotráfico y el crimen organizado en Paraguay, que se convirtió en punto estratégico para el tránsito de drogas, especialmente marihuana y cocaína.

Sobre el punto, la IA indica que grupos criminales, como el Primer Comando Capital (PCC), han extendido su influencia en zonas fronterizas, aumentando la violencia.

A propósito, agregamos que nuestro país también se volvió en un importante centro de plantación de marihuana, con la aparición de grupos familiares armados y criminales que la protegen con ayuda incluso de instituciones de la Justicia.

Armatráfico. El fácil acceso a las armas es otro factor de violencia. “La tenencia ilegal de armas es común y agrava los niveles de violencia, tanto en crímenes organizados como en conflictos interpersonales”, subraya Rivarola.

En este aspecto en particular, es bueno mencionar que muchas familias que se dedican a la plantación de marihuana, han adquirido armas de grueso calibre para protegerla.

La IA no deja de lado tampoco la violencia intrafamiliar y de género, mencionando que este tipo de violencia y los feminicidios son problemas graves y persistentes. “Muchas víctimas no denuncian, por temor, por falta de apoyo institucional o dependencia económica”, detalla.

Como corolario, la IA revela un factor cultural; es decir, la cultura de violencia y resolución de conflictos por la fuerza que predomina en el interior.

“En algunas comunidades, especialmente rurales, persisten patrones culturales donde la violencia es aceptada como forma de resolver disputas”.

31536757

Marihuana. El país es punto estratégico para el tránsito de drogas, además de la plantación.

Gentileza

Federación de Jiu Jitsu Paraguay desconoce a agresor de conductor
La Federación Paraguaya de Brazilian Jiu Jitsu lanzó un comunicado oficial en el que “deja en claro que Rodrigo Ramos no forma parte de ninguna academia afiliada al jiu jitsu deportivo en Paraguay”. El comunicado guarda relación con la brutal golpiza que había acusado Martín Vera, conductor de plataforma, por parte de un presunto artemarcialista, que lo dejó con la visión disminuida, identificado por internautas como Rodrigo Ramos. Sin embargo, la Policía Nacional aún no lo ha identificado. La Federación menciona que “en las imágenes no se evidencia el uso de técnicas ni comportamientos propios del deporte”. También destacan que la persona no representa los valores que defienden, así como tampoco tiene vínculo con la comunidad de artes marciales del país. En la nota, anuncian además que tomarán las medidas necesarias para que el supuesto agresor no vuelva a pisar una academia de jiu jitsu ni de artes marciales en Paraguay. “Reafirmamos nuestro compromiso con el respeto, la salud, la disciplina y la vida activa como eje fundamental del jiu jitsu”. Finalmente, hacen un llamado a la ciudadanía a promover una vida saludable, basada en valores y en el respeto mutuo.

Más contenido de esta sección
La Fiscalía pidió que cuatro “funcionarios desleales” de la entidad estatal y un empleado tercerizado vayan a juicio oral, por retirar bajo engaños 334.213 metros lineales de cables. Presentaron 300 formularios que serían falsos.
La Comisión de Investigación había convocado a los ministros de la Corte, a las 12:00 de esta jornada, para hablar de las posibles soluciones ante los casos de estafas masivas. Hay pedidos de informes que esperan sean respondidos.
La preocupación de los antidrogas se da tras la muerte de una joven por presunta sobredosis por metanfetamina y éxtasis (LSD). Se manejan informaciones de la existencia de laboratorios clandestinos.
Presidente del gremio de Defensores Públicos habla de los cambios, la migración hacia la magistratura, la falta de recursos en comparación con el Poder Judicial y la Fiscalía, a más de la polémica ley de honorarios.