Candy, como es conocida la pastora alemana, pasó una última revista junto con su entrenador, el oficial Anthony “Tony” Natalzia, ante miembros de la oficina del Sheriff de la ciudad de Virginia Beach, EEUU, quienes le rindieron un último homenaje.
El can prestó servicios en esa unidad policial en los últimos años y se especializaba en rastreo de narcóticos, según reporta el sitio Tri-City Herald, de EEUU.
Candy comenzó sus labores en la oficina del Sheriff en 2014 y fue uno de los primeros perros detectores de narcóticos de la zona, sirviendo durante casi diez años, según revela el comunicado de prensa de la oficina del Sheriff.
El animal, que se jubilará este año y descrita como una cachorrita que siempre amó jugar con juguetes, desarrolló una peculiar cojera que, según su entrenador, sería debido a su vejez.
En tanto, tras unos problemas para alimentarse, el entrenador llevó al can al veterinario. El profesional ordenó unas radiografías y allí se le detectó que un cáncer se extendió por todo el cuerpo del animal.
Tras esto, se determinó que Candy tuviera un retiro de su trabajo.
Natalzia, su entrenador, señaló que la pastora alemana era única por ser “básicamente una mascota doméstica” hasta que lo vio “ponerse el uniforme”. Ahora, toda la oficina del Sheriff la extrañará, porque era “verdaderamente un perro especial”.