“Para él no había diferencia alguna, todos éramos iguales”, señalaba con rostro lloroso una humilde bañadense en el velatorio de un religioso que se desvivió por los más carenciados, como lo recuerdan quienes tuvieron la oportunidad de cruzarse en su camino.
Por un problema digestivo, el religioso tuvo que ser sometido a una cirugía el pasado 28 de febrero, pero tras complicaciones que a sus 85 años no pudo soportar, falleció a las 06.45 de este martes.
El velatorio se realizó en el Centro Comunitario de la Parroquia Cristo Solidario (42 Proyectada y Capitán Figari) del Bañado Sur de Asunción y posteriormente su cuerpo fue trasladado al templo de la Parroquia Cristo Rey donde se realizó una misa de cuerpo presente.
Si bien nació en España, Pepe Valpuesta amó tanto al país que con el paso del tiempo se convirtió en un paraguayo más, recuerdan sus compañeros de ruta.
“El padre Pepe fue un gran hombre porque se entregó de corazón, de cuerpo, de alma, acabó desnutrido y flaco, tuvo una úlcera y no pudieron curársela por defensas bajas. Fue un hombre que nunca dijo que no a su comunidad”, señaló el sacerdote jesuita Francisco de Paula Oliva, conocido por todos como el Pa’i Oliva.
“Pepe vivía en el bañado y acompañó de cerca a la gente más carenciada de ahí, acompañó a los enfermos y a los presos, además fue capellán del Buen Pastor, era un hombre capaz de relacionarse con todo tipo de personas. Fue clave para la formación de los comedores sociales del bañado. Pepe era como la sonrisa de Jesús para nosotros”, agregó en una entrevista a Telefuturo.
“Era un pastor con olor a gente”, así lo recordó el padre Alberto Luna, quien ofició la ceremonia religiosa.
Este miércoles se celebrará la misa de exequias, presidida por Monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción, a las 07.30 horas y a las 09.00 se partirá rumbo al cementerio de los Jesuitas del Paraguay en el Centro Santos Mártires de la ciudad de Limpio (Km 22,5) donde a las 10.00 se realizará el rezo antes del sepelio.