O’Neill insistió a lo largo de la conferencia de prensa que fue “una decisión extremadamente difícil”, indicó que se basó en la evidencia y testimonios del juicio administrativo que se realizó a Pantaleo, tras lo cual se recomendó su despido.
“Estoy aquí para anunciar mi decisión (...). No ha sido fácil”, dijo O’Neill, quien comparecía afectado ante la prensa, ante quienes recordó que fue policía durante 34 años y que pudo haber estado en la misma situación.
El despido de Pantaleo pone fin a cinco años de un proceso legal contra el oficial y de reclamos de justicia para la familia Garner.
“Estoy de acuerdo con la subcomisaria en los hallazgos del juicio y recomendaciones. Está claro que Pantaleo ya no podrá servir como oficial de policía de Nueva York”, afirmó O’Neill.
El abogado Stuart London advirtió que Pantaleo apelará la decisión para que se le reponga en su trabajo y afirmó que su cliente está “obviamente en desacuerdo, triste” pero, afirmó, “tiene mucha fuerza” para seguir adelante.
Mientras que Emerald, hija de Garner, agradeció a O’Neill “por hacer lo correcto” e hizo un llamamiento a los legisladores para que el uso de la llave de estrangulamiento por un policía sea considerado un crimen a nivel estatal y federal.
La recomendación de despido fue realizada el pasado 2 de agosto por la subcomisaria de la Policía Rosemarie Maldonado, encargada de supervisar los juicios administrativos contra los agentes, en un informe de 46 páginas en el que indicó que Pantaleo usó de forma “temeraria” la llave de estrangulamiento que causó la muerte de Garner y por mentir durante la investigación.
Se refirió a que Pantaleo negó haber usado la llave de estrangulamiento, y según el informe de Maldonado, su explicación fue “inverosímil”.
A raíz de este informe, Pantaleo, que hacía trabajo administrativo desde la muerte de Garner, fue suspendido y estaba en espera de la decisión de O’Neill.
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El Departamento de Policía había iniciado un proceso interno en julio de 2018 contra Pantaleo por la muerte de Garner, del 17 de julio del 2014, por usar la llave de estrangulamiento que le causó la muerte y desató protestas por el trato de la policía a negros y latinos.
Garner, de 43 años y con cinco hijos, gritó once veces “no puedo respirar” mientras varios policías intentaban arrestarlo por vender cigarrillos ilegalmente en las calles en Staten Island, suceso que fue grabado en video por un transeúnte.
El “no puedo respirar” se convirtió en grito de guerra en las multitudinarias protestas que pedían una reforma policial que tuvieron lugar dentro y fuera de Nueva York.
La autopsia llevada a cabo por la Oficina del Médico Forense de la ciudad determinó que se trató de homicidio.
Un gran jurado de Nueva York decidió en diciembre de 2014, luego de evaluar la evidencia exhibida por la Fiscalía, no presentar cargos contra el agente, lo que también provocó nuevas manifestaciones.
Por su parte, el Departamento de Justicia también informó recientemente que no presentaría cargos contra el policía por violación de los derechos civiles.
En el 2015, la familia Garner recibió de la ciudad 5,9 millones de dólares para resolver el reclamo de muerte injusta.
En una reacción al anuncio de este lunes, la fiscala general de Nueva York, Letitia James, y el alcalde Bill de Blasio aseguraron que después de cinco años “se ha hecho justicia”.
De Blasio considera que fue un proceso “justo e imparcial”. Indicó además, que la familia Garner pasó por mucha “agonía por mucho tiempo” y que espera que esta decisión les traiga un pequeño alivio.
La unión que representa a los policías ha manifestado su rechazo a la decisión, la que considera respondió a intereses políticos.