24 dic. 2024

Despidieron a Trento, el pa’i que hizo misión de la caridad

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Último adiós. Familia, amigos y colaboradores recordaron las obras de Trento.

Muchas anécdotas, lágrimas, agradecimientos y aplausos de despedida. El interior de la parroquia San Rafael estuvo repleto de amigos, pacientes y colaboradores del padre Aldo Trento (1945-2024), quienes le dieron ayer el último adiós en una emotiva ceremonia religiosa.
Los familiares del sacerdote, su hermano Guido Trento y sobrino Federico Slongo Trento, llegados desde Italia, acompañaron el homenaje al legado de servicio y amor al prójimo que fue reconocido internacionalmente, y agradecieron a la comunidad y al Paraguay por todo lo que le dieron.

El cardenal Adalberto Martínez fue el encargado de la última misa y destacó la vida y obra del sacerdote que falleció el pasado viernes. El purpurado señaló a Trento como un ejemplo de entrega y solidaridad hacia los más necesitados.

‘‘Estamos agradecidos con Dios por el testimonio de vida del padre Aldo, quien dedicó su ministerio a los niños, adultos mayores, enfermos terminales y a quienes más lo necesitaban’’.

El arzobispo reflexionó sobre el sentido profundo de la Navidad y de la caridad en este tiempo, precisamente esa caridad que tanto practicó el sacerdote italiano en los 35 años de misión en la que fundó obras como la Fundación San Rafael.

‘‘Nos ha enseñado mucho en los años que estuvo en Paraguay y él se sentía en Paraguay, no quería irse por más que estaba enfermito, y se fue pacíficamente, me estaba contando’’.

GRAN LEGADO. Por su parte, el párroco de San Rafael, padre Patricio Hacin, resaltó la trascendencia de las obras realizadas por el padre Aldo y el compromiso que deja como legado, resaltando que la Fundación no es solo una organización, sino un bien al servicio de todo el pueblo paraguayo.

‘‘No sé quién nos retará, quién nos tirará de la oreja, no sé quién nos sacará con fuerzas pero también con ternura. Lo único que sé es que tenemos la responsabilidad con los pobres, con los ancianos, con los jóvenes y niños atendidos por la Fundación’’.

Destacó que el padre Aldo dejó el criterio de ser cristianos no solo en la Fundación, sino en el mundo. ‘‘Su obra trasciende para que aprendamos a ser cristianos como lo hizo él hasta el final’’. Hacin también pidió un especial reconocimiento para las enfermeras de la Fundación San Rafael que cuidaron al padre Aldo hasta el final de sus días, a quienes pidió un aplauso. Una gran caravana acompañó el féretro hasta el Cementerio Italiano, en la Recoleta. Con pañuelos en alto y entre aplausos, la comunidad despidió al sacerdote a quien se lo recordará por su compromiso inquebrantable con los más necesitados.

El padre Aldo nació en Italia en 1947, fue ordenado sacerdote en 1975 en su país de origen y tras varios años de servicio pastoral, se trasladó a Paraguay en 1989, de donde no se quiso ir más trabajando siempre por los más vulnerables, especialmente ancianos y enfermos.

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Presentes. Adultos mayores asistieron a la última misa de ayer.

DARDO RAMÍREZ

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Descansa en paz. El Cementerio Italiano, última morada del sacerdote.

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