En el caso de los bancos, se observa el despido de 77 personas, al pasar de 10.209 a 10.132 funcionarios entre el tercer y el cuarto mes del corriente año, respectivamente. En el área de empresas financieras, la reducción de personal afectó a 171 prestadores de servicios, con una plana que bajó de 1.959 a 1.788 trabajadores, en el mismo periodo.
En el banco Continental, según los datos de la SIB, los despidos alcanzaron a 75 personas. La segunda entidad bancaria más grande del país, con activos por valor de G. 22,1 billones –el primero es Itaú Paraguay, con G. 22,2 billones– recortó así su plantel de recursos humanos desde los 1.168 a 1.093 entre marzo y abril pasados.
Otras entidades que redujeron su cantidad de funcionarios son Sudameris, BBVA Paraguay, GNB Paraguay, Atlas e Interfisa, pero con una menor intensidad (ver infografía). El Banco Nacional de Fomento (BNF), por su parte, incorporó a treinta funcionarios el mes pasado, en respuesta a la fuerte demanda del público por créditos para la contención y reactivación económica.
Entre las financieras, la entidad más afectada fue Financiera Paraguayo-Japonesa, con un plantel que se redujo de 306 a 112 funcionarios. El Comercio, Finexpar, Cefisa, Finlatina, Fic y Solar también atravesaron por esta situación, pero con despidos de solo uno a diez personas en cada caso; Tú Financiera, sin embargo, contrató a 41 trabajadores en abril de 2020 y se posicionó como la entidad con más funcionarios en su sector, con un total de 699.
Entre las posibles causas de estos recortes de personal en el sistema financiero se presentan los menores márgenes de ganancia que vienen experimentando las entidades, tendencia que aparentemente se sostendrá al menos en los próximos meses. La calificadora Mood’s Investors Service advierte, en un reporte sobre instituciones financieras de Paraguay, que este sector enfrenta los desafíos de un reducido nivel de crecimiento de créditos, bajas tasas de interés y un mayor costo de la gestión de préstamos para los clientes.
La agencia reconoce que estos elementos se suman a otros factores que ya venían nublando el escenario para los negocios bancarios. Entre ellos, recuerda que en el 2019 –año en que la sequía, los menores precios de commodities, el deterioro de los países vecinos y el cambio de Gobierno generaron un estancamiento de la economía- ya hubo problemas con los créditos y las provisiones que se tengan que constituir a partir de estas cuentas se sumarán a las del presente año, con una mayor presión sobre los ingresos netos.
“Los costos del crédito aumentarán en 2020 debido al empeoramiento de la calidad crediticia, así como a los aplazamientos de aprovisionamiento heredados, lo que presionará aún más la rentabilidad bancaria. El crecimiento de los préstamos estará fuertemente limitado en el 2020 debido a la pandemia, que junto con las tasas de interés bajas récord presionará negativamente a los márgenes de interés neto”, pronostica Moody’s.
El efecto de las bajas tasas de interés se relaciona con la histórica disminución de la tasa de referencia –o tasa de política monetaria– del Banco Central del Paraguay (BCP), cuyo recorte fue de 275 puntos básicos o 2,75 puntos porcentuales desde el estallido de la pandemia, para que quedara en el nivel actual de 1,25%.
De esta manera, las inversiones que los bancos privados realicen en el BCP tendrán una menor rentabilidad, pues se les pagará una menor tasa de interés por los mismos; por otro lado, esta medida busca traducirse en créditos más baratos para las familias y las empresas, lo que también resultará en menores ganancias para las entidades bancarias.
Moody’s destaca, además, que los bancos de mayor tamaño en Paraguay –como Continental, Regional, BBVA y Basa– ya venían siendo “golpeados” en sus márgenes de ganancias, en los últimos años, debido a la creciente competencia y el rápido crecimiento de los “jugadores más pequeños”.
En cuanto al impacto de la pandemia, la calificadora destaca que el mayor riesgo que se percibe en el mercado llevó a que los préstamos con medidas especiales de constitución de previsiones pasarán a representar el 8,7% de los créditos totales del sistema, en abril de 2020, a partir del 1,1% en que este indicador se encontraba en marzo y el 1,7% registrado a fines del 2019. Esto significa que aumenta la cantidad de recursos que los bancos destinan a la cobertura de préstamos que eventualmente puedan no ser cobrados.
La firma agrega que, según las medidas especiales del BCP anunciadas en marzo pasado, los préstamos pueden ser refinanciados y reestructurados hasta fines de 2020 sin costo adicional para los prestatarios, con la constitución de previsiones de manera escalonada en 36 meses, en lugar de inmediatamente.
La cartera de préstamos bancarios tuvo una contracción de 1,14% en abril de 2020, respecto al mes anterior, al sumar G. 92,8 billones, según últimos registros del BCP. En la variación interanual, el crecimiento de los créditos siguió desacelerándose hasta un 4,21% en abril de 2020, muy lejos del 20% en que se encontraba un año atrás. La morosidad subió a 3,37%, el nivel más elevado en casi tres años, y las utilidades se desplomaron en 28,5% desde abril de 2019, para fijarse en G. 743.203 millones.