El ministro de Defensa, general del Ejército (R) Óscar González, destaca que esta operación ha sido planificada durante meses con sus pares argentinos, con el objetivo de compartir inteligencia y fortalecer la lucha contra el crimen organizado.
Explicó ayer que las operaciones se centrarán en la vigilancia y el control de la frontera, siguiendo un esquema similar al implementado en la cooperación con Brasil, en operativos como Ágata y Basalto, que han generado pérdidas millonarias a las organizaciones criminales.
Acompañado por el comandante de las Fuerzas Militares, general del Ejército César Moreno, y el comandante del Ejército, general del Ejército Manuel Rodríguez, el ministro visitó la 3ª División de Infantería Carandayty en Ciudad del Este, que será ampliada para convertirse en una base estratégica en esta nueva fase de operaciones.
En otra parte, dijo que las Fuerzas de Tarea del Sur ya están desplegadas en el lado paraguayo y recordó que la modificación de la Ley 1337 permite al presidente de la República, en su calidad de comandante en jefe, utilizar elementos de combate para enfrentar amenazas tanto externas como internas.
En febrero, se reunirá con su par argentino, Luis Petri, junto con los estados mayores de ambos países, para oficializar la coordinación operativa y definir los detalles estratégicos.
El plan incluye el refuerzo de efectivos y la construcción de nuevas infraestructuras que ya está en marcha, para que garanticen la operatividad en la frontera. Durante la visita, los altos mandos evaluaron ayer las necesidades logísticas en la sede de la 3ª División de Infantería. El despliegue argentino se produjo tras un ataque a un puesto militar en la frontera, que dejó un efectivo muerto. También, desaparecieron armas de fuego, presumiblemente robadas por la gavilla que atacó el destacamento militar.
300 efectivos fue lo que desplegó la Argentina en la provincia de Misiones, en el límite con Paraguay y Brasil.