En cada redada los roncadores decomisados superan fácilmente las 100 unidades. Antes que las autoridades procedan a la destrucción, los propietarios de las respectivas biciclos son llamados, pero estos tranquilamente pagan la multa y retiran sus motos.
Inmediatamente acuden a los talleres, que se dedican al montaje y la preparación de roncadores, para volver a instalar de nuevo a sus motos los ruidosos aparatos.
El jefe de la Policía de Tránsito de la Comuna de Caacupé, Jorge Vázquez, criticó que los infractores tranquilamente pagan la multa, retiran sus biciclos y al día siguiente ya aparecen con nuevos roncadores. Entre estos infractores existen varios reincidentes.
La Dirección de Tránsito de la Comuna caacupeña realiza periódicamente un control general sobre el uso de los roncadores insertados en las motocicletas. Los mismos se desplazan como bólidos por las calles de Caacupé a cualquier hora, y, más en horas de la madrugada generando molestias en la población.
Esta es una situación bastante particular que desde hace un buen tiempo viene sufriendo la Villa Serrana, la cual ha generado preocupación en la ciudadanía. DB