Gloria Piñánez, hermana del capitán Enrique Piñánez, quien falleció el 26 noviembre de 2014 en un confuso incidente, habló sobre las irregularidades que había denunciado el militar fallecido cuando el general retirado Ramón Benítez se desempeñaba como comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) y que ahora está preso por un esquema de corrupción que funcionaba desde el Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia (Detave).
“Se cumplió lo que dijo mi hermano, que había corrupción en la Fuerza de Tarea Conjunta y si había corrupción en la FTC, entonces este general tan honesto vino e implantó el mismo modus operandi en el Detave”, refirió Gloria Piñánez, en una conversación con la emisora 1020 AM.
La mujer dijo que había una rosca que siempre manejaba “ciertas cosas”, sin dar detalles de los hechos.
Contó que su hermano, en 2014, fue junto al fiscal Joel Cazal y denunció la “corrupción imperante” en la FTC y que supuestamente el representante del Ministerio Público, en vez de protegerlo, alertó al entonces director de la zona policial de Concepción, comisario Antonio Gamarra, quien luego presuntamente amenazó de muerte a Piñánez.
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Benítez estuvo como comandante en la FTC por 10 meses en esa época y fue destituido por el entonces presidente de la República, Horacio Cartes, ante la falta de resultados y denuncias de extorsión a ganaderos de la zona Norte del país por parte de desconocidos.
Corrupción en el Detave
Este sábado el fiscal René Fernández, de la Unidad Especializada de Delitos Económicos y Anticorrupción, dijo que Ramón Benítez era quien lideraba todo el esquema de corrupción para el ingreso o salida de productos de contrabando.
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Manifestó que Benítez recibía sumas de dinero que eran colectadas en distintos puestos de la institución, ubicados en todo el país.
Un total de 12 personas, seis de ellas detenidas y el resto con órdenes de detención, en el marco del Operativo Brillante, fueron imputadas por cohecho pasivo agravado, asociación criminal y contrabando, entre ellas el general retirado.
La muerte del capitán Piñánez y un suboficial
El capitán Enrique Piñánez y el suboficial del Ejército José Manuel González Ferreira murieron en extrañas circunstancias en la noche del 26 de noviembre del 2014 sobre la ruta 5 General Bernardino Caballero, en la zona de Cuero Fresco, Concepción.
En aquella ocasión, lograron sobrevivir el jefe de inteligencia de la Secretaría Nacional Antidrogas, Juan Jara, y un cuarto hombre no identificado en la investigación.
Su hermana contó que en un primer momento la versión de las autoridades fue que el vehículo en el que se trasladaban los militares fue destruido por la detonación accidental de una bomba que, como explosivista, Piñánez había preparado durante un operativo de combate contra la ahora extinta Agrupación Campesina Armada (ACA).
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La otra versión refiere que fue un motociclista el que arrojó unos explosivos al vehículo de la comitiva militar y que se trató de un atentado por parte de grupos criminales.
“En ningún momento yo pienso que puede ser un atentado o un accidente porque de lo contrario hubiesen muerto las cuatro personas”, expresó.
Según refiere la mujer, en aquella ocasión Jara se comunicó por teléfono con quien era ministro de la Senad, Luis Rojas, y le contó lo sucedido.
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"¿Cómo si él estaba en la camioneta no reventó su teléfono celular y cómo pudo ver sin que le pase nada. Él es testigo y nunca le tuvieron como sospechoso”, expresó.
¿La Fiscalía no quiere investigar?
Gloria Piñánez manifestó que en octubre del año pasado solicitaron al Ministerio Público reabrir la investigación ya que no se analizó el cruce de llamadas, reconstrucción de los hechos, entre otras diligencias, sin embargo, desde la Fiscalía no aceptaron este pedido, alegando que ya se investigó el caso.
Acusó a la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, y al fiscal Joel Cazal de no querer reabrir la investigación.
“Cazal era fiscal en la FTC, él tenia conocimiento, autorizó, encubrió. No encuentro por dónde va la cosa, qué es lo que tanto quieren ocultar. Pienso que hay una rosca mucho más grande que la que maneja el general Benítez. El Ministerio Público en vez de apoyar a las víctimas sale en contra, nos cierran las puertas y quieren desmeritar la memoria de un fallecido”, lamentó.
Los detalles llamativos en el caso
El celular de Piñánez desapareció de la escena del crimen, sin embargo fue usado hasta cuatro días después para realizar llamadas.
Otro hecho llamativo es que la billetera de Piñánez, con mucho dinero, apareció sin ningún daño.
El general (R) Herminio Piñánez, padre del militar, había manifestado que hay dos versiones. Primero que apareció a 50 metros de la escena.
Luego le dijeron que encontraron debajo de su almohada en la zona de Cuero Fresco, donde prestaba servicio.
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La pistola del militar también fue hallada a esa distancia, sin rastros de daños por la explosión.
El informe de peritos indica que hasta 50 metros tiene efectos mortales la explosión de la carga. Esa sería la ubicación de Jara al producirse la explosión y él solo sufrió lesión en el oído.