El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) confirmó el tercer foco de influenza aviar y sacrificó los animales en la ciudad de Filadelfia, Departamento de Boquerón, donde también se registraron los casos anteriores. A partir de la aparición del virus en Paraguay, las granjas reforzaron todavía más sus sistemas de bioseguridad a fin de mantener el estatus sanitario y los mercados internacionales de la carne aviar.
La producción familiar afectada en Filadelfia tenía 70 aves, entre gallinas, pavos y patos, de las cuales 22 murieron por la enfermedad, 4 animales vivos tenían síntomas y 44 estaban sanos al momento de realizar la verificación, según explicó el director de Epidemiología del servicio veterinario oficial, Carlos Ramírez.
A diferencia de los casos anteriores, la vivienda que cría las aves de autoconsumo se encuentra casi sobre la ruta Transchaco y representa un mayor riesgo de contaminación debido al tránsito de personas y vehículos en la zona.
En el marco del plan de contingencia, el Senacsa sacrificó las 48 aves con síntomas y también las sanas, debido a que el periodo de incubación es de 21 días y el virus aún puede manifestarse en los animales que hasta ahora no presentaron cuadros respiratorios.
En total se realizó el sacrificio sanitario de 124 aves, en su mayoría gallinas, aunque también hay patos, pavos y guineas
Bioseguridad. Las granjas habían reforzado su sistema de bioseguridad desde enero, cuando se reportó la emergencia en la región. Desde la confirmación de los primeros focos durante el fin de semana, los productores aumentarán la medidas para evitar que aves del exterior entren en contacto directo e indirecto con la producción comercial en los galpones, de acuerdo a Néstor Zarza, de la Asociación de Avicultores del Paraguay, y Rolando Ramírez, de la Asociación de Productores Pymes de Huevos. Una ventaja es que los casos positivos se dieron en Mariscal Estigarribia, Neuland y Filadelfia, Chaco, ya que el 80% de la producción se concentra en el centro de la Región Oriental.
124 aves se sacrificaron para eliminar los focos de infección y evitar que la gripe aviar se siga propagando.