Los altos oficiales de la Policía Militar del Distrito Federal (PM-DF) “se unieron a los manifestantes y omitieron sus deberes de protección y vigilancia”, afirmó en un comunicado la Procuraduría General de la República.
Los agentes arrestados este viernes, entre ellos el comandante y el subcomandante de la policía local al momento de los hechos, mostraban una “profunda contaminación ideológica”, añadió la fiscalía.
Tras la derrota ajustada del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro en las urnas en octubre pasado, bolsonaristas convencidos de que su líder había sido víctima de un fraude promovieron cortes de carreteras y manifestaciones frente a cuarteles militares de todo el país, pidiendo una intervención militar.
El 8 de enero, una semana después de la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, miles de bolsonaristas acampados en Brasilia invadieron y saquearon los edificios de la Presidencia, del Congreso y del Supremo Tribunal Federal.
“Conocían las intenciones”
Los comandantes policiales del DF “conocían las intenciones de la turba” del campamento y “ellos mismos compartían entre sí mensajes de tenor golpista, al menos desde las elecciones”, cuestionando la legitimidad del pleito, de acuerdo con la denuncia.
“Las desinformaciones que circulaban entre la alta jerarquía de la PM-DF mostraban que había una expectativa de movilización popular para asegurar a Bolsonaro en el poder, sin respetar el resultado de las elecciones”, afirmó en el comunicado el fiscal de la Procuradoría Carlos Frederico Santos, autor de la denuncia.
Había una “alineación ideológica y de propósitos entre los denunciados y quienes pedían la intervención de las Fuerzas Armadas”, añadió el fiscal, que pidió la inculpación de los agentes por delitos de omisión, tentativa de golpe de Estado y de abolición violenta del Estado democrático de Derecho.
No hubo “apagón”
La fiscalía descarta que el 8 de enero se diera un “apagón” del trabajo de los servicios de inteligencia que impidió prevenir los ataques.
“Los oficiales tenían abundantes informaciones en diversos grupos de comunicación, inclusive con agentes infiltrados en los campamentos, para monitorear la proporción de los actos”, detalló la PGR.
“No hubo un apagón de inteligencia (...) lo que ocurrió fue en realidad una omisión dolosa” por parte de los denunciados, que “se adhirieron al intento delictivo de los insurgentes”, afirmó el fiscal Santos.
El episodio sacudió la democracia brasileña y desató una amplia investigación en la que ya hubo centenares de detenidos.
Bolsonaro, que recientemente fue condenado por la justicia electoral y no podrá postularse a las próximas presidenciales por haber atacado públicamente el sistema electoral brasileño, es investigado por su presunto papel en la asonada.
Él niega cualquier vínculo con las invasiones.
Bolsonaro y su entorno enfrentan varias investigaciones judiciales, entre ellas una sobre el presunto desvío de joyas y otros obsequios de Estado para enriquecimiento personal, y la falsificación de certificados de vacunación contra el covid-19 para entrar a Estados Unidos.
AFP