29 sept. 2024

Deudas

El país se encuentra sin presidente desde hace un buen tiempo y no se siente.

El primer mandatario firmó el Pacto del Futuro con la ONU prolongando el vilipendiado por los cartistas objetivos del milenio. Se enojaron los radicales que habían apostado a este argumento creyendo que era cierto y sostenible en la política internacional. Primero fue el convenio con la UE y después vino como un golpe al pescuezo uno que refuerza los objetivos que los conspiranoicos consideraban afectan severamente nuestra soberanía. En el discurso recortado ante un desolado plenario de la ONU en New York, el jefe de Estado dijo que se harán de acuerdo con nuestra Constitución y leyes y que, además, las recomendaciones no son vinculantes. Me pregunto si es así, ¿por qué les preocupa tanto? Les dijo frente a todos: Si firmamos, pero vamos a hacer lo que nos cante. Los argentinos se abrieron de la firma y adhirieron a los unos dudosos compañeros de ruta como Rusia, Bielorrusia, Nicaragua, Venezuela y otros Estados parias. Las deudas que tenemos con todos nos lleva a permanentes incoherencias en los discursos y la acciones de nuestros gobernantes.

Para peor, unos jovenzuelos en calle Palma, como despedida, le mentaron a la madre del presidente sin que pareciera le importara mucho lo que las turbas gritan en las ventanas del Palacio. Hay que decirlo con claridad que este Gobierno no hace mucho para que lo quieran y para que trabaje a favor de la gente. Más del 60% de los jóvenes están en la informalidad, los hospitales públicos están derruidos, el IPS debe casi 800 millones de dólares, la Justicia no se anima a ser justa ni valiente, el Congreso metido en contra de quienes persiguen la corrupción y lo peor: No hay plata en los bolsillos de la gente. Los viajes del encanecido presidente son momentos de disfrutar de las mieles del poder y para huir de los exabruptos permanentes del presidente de facto. Alliana se encarga de hacer política recibiendo delegaciones a las que Peña detesta y no las quiere meter en cintura para nada.

Las deudas sociales se acumulan en las calles con campesinos que acampan en las calles frente al Indert con hijos dando clases en medio de ellas. Policías metidos en atracos millonarios, decomiso de drogas y cigarrillos por autoridades brasileñas y nada con respecto a la negociación sobre Itaipú sobre el Anexo C. Poco podemos esperar de los negociadores donde Hernán Rivas sienta sus reales cuando apenas puede deletrear sin equivocarse su nombre y apellido. Estamos mal y distraídos en cuestiones irrelevantes como cuando convocan al presidente de Cañas Paraguayas para que deponga acerca de la conspiración globalizadora que busca “la separación de la familia paraguaya” como gritaba a voz de cuello la Voz del Coloradismo de los tiempos de Stroessner. La oposición sale retratada en un encuentro con Peña, pero cada día que pasa se fragmenta más como con la salida de Kathya González y Benítez del PEN. Mientras vivimos en este ambiente enrarecido dominado por el humo distractivo de la CBI y otros próceres funcionales al escándalo de ocasión, el Gobierno pierde tiempo y acumula pendientes sin resolver.

Peña se vuelve a reunir con la gente del Departamento de Estado por enésima vez que le habrán repetido de nuevo que debe soltarse de Cartes y el otro le habrá respondido que un tímido sí, pero absolutamente incapaz de llevarlo adelante. El rol que tiene le gusta y no quiere problemas en la tarea de gestionar el enojo y el hartazgo de la gente. Lo hará cuando suba la marea y eso parece estar todavía muy lejos.

Más contenido de esta sección