Las aves marinas fueron rescatadas en distintas localidades costeras de la provincia de Buenos Aires y devueltas al océano Atlántico en las playas bonaerenses de San Clemente del Tuyú, por parte de personal especializado.
Todos los pingüinos presentaron cuadros con distintos grados de desnutrición, deshidratación, hipotermia y alto grado de parasitismo e, incluso, un ejemplar magallánico tenía manchas de petróleo en su cuerpo y otro expulsó pedazos de plástico durante su rehabilitación.
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“El petróleo produce el apelmazamiento de sus plumas e interrumpe la barrera de aire que aísla la piel del medio externo. Además de afectarles la flotabilidad, pierden su capacidad de regular la temperatura corporal”, explicó el biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, Sergio Rodríguez Heredia.
Por otra parte, la falta de alimentos en estos animales suelen provocarles desecación, ya que absorben agua por medio del pescado que ingieren.
En este sentido, el médico veterinario y director técnico de la fundación, Juan Pablo Loureiro, explicó que las terapias térmicas y de fluidoterapia con sales hidratantes son prioridad para revertir los estados de precariedad sanitaria en que se encontraban.
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“Una vez estabilizados, les tomamos muestras de sangre y comenzamos a ofrecerles fórmulas de pescado licuado, hasta finalmente darles pescado entero. Afortunadamente, todos los ejemplares respondieron bien a los tratamientos y mostraron condiciones para ser reinsertados”, agregó.
La especie de pingüinos magallánicos, que habita el litoral sudamericano, se encuentra en un estado de “preocupación menor”, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Se encuentran en la Patagonia argentina y en el sur de Chile, y su ciclo de reproducción se lleva a cabo entre setiembre y marzo, luego inician un viaje migratorio entre fines de marzo y principios de abril, el cual puede llegar hasta la latitud de Río de Janeiro en búsqueda de peces como la anchoíta.
Fuente: EFE.