Son varios los mitos y verdades que envuelven la historia de este símbolo patrio. César Manuel “Lito” Barrios es un investigador que recientemente publicó una serie de descubrimientos con relación al Himno Nacional paraguayo. En conversación con Última Hora dio detalles sobre lo que, según datos, ocurrió verdaderamente hace 172 años.
El 20 de mayo de 1846, el uruguayo Acuña de Figueroa obsequió un himno patriótico a Carlos Antonio López a través de sus emisarios Bernardo de Jovellanos y Atanasio González, quienes fueron al Uruguay para una misión diplomática. El objetivo era destrabar el conflicto que generaba el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel Rosas, con respecto al cierre continuo del Río de la Plata.
Barrios alega que el presidente López no estaba buscando un Himno Nacional, ya que cuatro años antes estrenó, el 25 de Diciembre de 1842, con la Declaración de la Independencia y el juramento del pueblo, el primer himno nacional. “En ese momento, era el presidente quien se ocupó de igualar los colores, así como del escudo del Paraguay, ese primer himno trataba de la independencia, hablaba del escudo y del león guaraní", relató.
Este hecho habría quedado demostrado en la carta que envía Jovellanos a Don Carlos, en marzo de 1846, en el que comenta al presidente que mantuvieron reuniones y que también, de paso, mostraban orgullosos el Himno Nacional paraguayo.
Foto: Archivo nacional
De estos encuentros se cree que participó Acuña de Figueroa como una figura importante de la época. Se desconoce la razón por la cual se ofreció a componer otro himno, pero es posible que por las características del poema su idea haya sido hacer un himno mejor.
Cuando el obsequio llegó al Paraguay, estando aún los emisarios de viaje, al estilo paraguayo y tratando de quedar bien con el escritor, los enviados hicieron creer a Acuña de Figueroa que su himno fue aprobado y que gustó mucho al presidente paraguayo. Esta idea es sostenida con base en los escritos del uruguayo, quien refiere que su composición fue oficializada en Paraguay, cuando realmente eso no ocurrió.
El rechazo de la música
El himno compuesto por Acuña de Figueroa fue guardado por ocho años. Recién en 1853 fue publicada su obra, específicamente el último día de ese año. El porqué ––aquí es donde nacen todas estas conjeturas e investigaciones de la historia–– sería debido a que la letra vino acompañada de la partitura de la entonación y en ella decía que la música era del Himno Nacional de la República Oriental del Uruguay.
La publicación como himno patriótico del Paraguay recién se da una vez que el vecino país oficializa otra canción como Himno Nacional, en 1848.
Esa sería una de las hipótesis por la que Don Carlos no aceptó esa música y devolvió la partitura. Esta teoría es sustentada por documentos guardados en el Archivo Nacional y publicados dentro del libro “Secretos del Himno Nacional” escrito por Barrios y lanzado recientemente.
Lo que se sabe del compositor de la música del himno uruguayo y de la música que hoy utilizamos como Himno Nacional es que fue el italiano Francesco Casale, reveló el investigador.
En junio de 1853, llega al país Francisco Dupuis quien era el encargado de armar las bandas militares de músicas en el Paraguay. Aprovechando su estadía, López le encomienda crear una música para la letra de Acuña de Figueroa. Una vez terminados los arreglos de la canción, la obra musical fue entonada, pero no como Himno Nacional sino como himno patriótico.
Con la muerte de López, en 1864, su hijo Francisco Solano López aprueba la versión de Dupuis como nuevo Himno Nacional que fue utilizada hasta finales de la Guerra de la Triple Alianza. En ese entonces, los testigos creían que Francisco José Debali fue el creador de la música. Esa misma pieza fue cantada hasta el año 1873.
Tras la derrota del Paraguay y bajo ocupación brasilera se propone cambiar la entonación del himno, arreglada por Dupuis, ya que la misma era muy enérgica, hecha para la guerra. La idea era quitar la sonoridad militar y borrar todo lo relacionado a los López.
Fue así que en el 73 se intenta cambiar esa música y Francisco Felipe Fernández crea otra letra para el himno, estrenada el 25 de Mayo de ese año. Sin embargo, la canción no tuvo gran aceptación y terminó siendo utilizada solo un año como himno, pero seguiría sonando como canción patriótica.
Casi cuarenta años después, en 1910 el sacerdote Manuel Gamarra escribe una nueva canción para esta melodía y la convierte en el himno a la Virgen de Caacupé, actualmente entonada cada 8 de diciembre.
En el 1874, continuando en la búsqueda de un himno definitivo y aprovechando la venida de un gran músico llamado Luis Cavedagni, el hijo del emisario Bernardo de Jovellanos y presidente de la Republica, Salvador Jovellanos, quien lo había contratado para rehacer las bandas militares, le entrega nuevamente la partitura de Francisco Acuña.
La versión de Cavedagni fue estrenada en la asunción del presidente Juan Bautista Gill, el 25 de noviembre de 1874, desde ese momento se comienza a utilizar ese himno, pero sin mucho movimiento musical.
Años más tarde, el 2 de junio 1902 es publicado por Cavedagni, a través de la prensa, una historia del himno paraguayo y que la música fue creada por Dupuis, dicha afirmación fue refutada por otros entendidos de la materia.
Fue así que el debate por el autor del Himno Nacional y cuál de todas sus versiones era el original generaron largos debates, hasta que en 1933 el director del Instituto Paraguayo, Remberto Giménez, reconstruyó la composición de Figueroa y esta fue adoptada de manera definitiva y por Decreto oficial al año siguiente.
Enalzaron el gorro triunfal.
CORO I
Donde reina unión, e igualdad
CORO II
Realzando su gloria y virtud...
CORO III
Con sus alas un ángel cubrió
CORO IV
y de glorias, recuerdo y blasón.
CORO V
Cual gigantes poniéndose en pie.
CORO VI
O abrazo con ella expirar.
CORO VII
¡A la Patria laurel inmortal!