En el Paseo de los Yuyos del Mercado 4 se recuerda el Día del Poha Naña y el Carrulim, en medio de intensos trabajos para recuperarse de los daños del incendio, que afectó a casi todas las casillas, y con el desafío de mantener vigentes estas fechas tradicionales.
El fuego empezó aproximadamente a las 7.30 del viernes y cambió todos los plantes, se perdieron cientos de plantas medicinales y al menos 500 litros de carrulim. Pese a toda esa situación, los vendedores y vendedoras no dejaron de ofrecer el tradicional brebaje que se impone cada 1 de agosto.
Según la creencia popular, siete tragos de carrulim en el primer día del octavo mes del año ayudan a ahuyentar el infortunio y atrae la buena suerte, siempre que vayan acompañados por otros siete de un brebaje de siete hierbas naturales.
Este preparado está compuesto por ajenjo, verbena’i, pyno’i, romero, ruda, ka’apiky y agosto poty. Estas siete hierbas, según la tradición, se pueden consumir en el mate o en el tereré.
El inconfundible aroma del carrulim, resultado de la mezcla de caña blanca, ruda y limón, se expande por los estrechos pasillos del Mercado 4, especialmente sobre la calles Pettirossi esquina República Francesa.
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Javier Torres, vendedor y presidente de la Comisión Paseo de los Yuyos, habló con Última Hora sobre la costumbre de consumir carrulim y aseveró que son tradiciones bien paraguayas, que son resguardadas por los yuyeros y transmitidos de generación en generación.
Mantener el carrulim en el tiempo
Mantener esta práctica en el tiempo es tan importante que en el 2019 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).
El brebaje recibe su nombre por sus iniciales de ca (caña), ru (ruda) y lim (limón) y su preparación es una práctica que se transmite de una generación a otra.
Al respecto, el conocido vendedor del Paseo de los Yuyos manifestó que al preparado original le agregan frutas de guavirami, catuaba, anís estrellado o miel, para que el carrulim sea más dulce y atraiga a los más jóvenes.
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“Los agregados nacieron para que este brebaje se pueda mantener en el tiempo, para innovar y atraer a los más jóvenes que ya no creen en estas tradiciones”, manifestó y aseguró que la mezcla es muy aceptada.
Este año también decidieron innovar con el carrulim por delivery para que nadie quede sin las propiedades de este antiguo preparado. Los interesados pueden realizar los pedidos en la página de Facebook e Instagram del Paseo de los Yuyos o al teléfono (0981) 106-582.
Los precios son accesibles y van desde G. 5.000 hasta G. 30.000.
Recordando también el Día Nacional del Poha Naña, Torres mencionó que vienen trabajando con los vendedores y vendedoras de remedios yuyos en varios aspectos que guardan relación con la conservación de las especies, especialmente, aquellas en vía de extinción.
En ese sentido, señaló que ciertas hierbas medicinales en algunas zonas del país ya van desapareciendo. “El cambio climático también repercute en todo esto. Trabajamos en la concienciación y en el cultivo para que se puedan mantener”, especificó.
La venta de yuyos, una salida laboral rentable
Con la llegada de la pandemia del Covid-19 cientos de trabajadores perdieron sus puestos laborales y muchos vieron en la venta de remedios para el mate o el tereré una salida rentable, indicó Torres.
“Hubo un aumento de consumo de las plantas medicinales y también muchas personas que se quedaron sin trabajo optaron por vender los remedios yuyos para mate o tereré”, expresó. En el Mercado 4 se encargan de orientar a los nuevos vendedores con las combinaciones de los yuyos y sus propiedades.
Toda una vida dedicada a la venta de yuyos y al preparado del carrulim
Doña Aparicia Ramírez es una de las pioneras en el Paseo de los Yuyos. Con 75 años se describe como una mujer fuerte, sana, trabajadora e incansable, que logró sacar adelante a toda su familia gracias a la venta de los remedios naturales.
Comenzó a trabajar en el Mercado 4 con su abuela cuando solo tenía 15 años, lo que la convirtió en una gran conocedora de las propiedades medicinales de los remedios yuyos.
La jornada laboral para doña Aparicia comienza muy temprano y antes de que salga el sol ya está lista para abordar el primer colectivo que sale a las 3.20 de la madrugada.
Debe realizar diariamente un largo viaje desde Villa Hayes hasta la ciudad de Asunción, sin importar el intenso frío, los días de lluvia o el extremo calor.
Comentó que uno de sus hijos la ayuda en las labores porque ya es despaciosa para atender a todos los que llegan requiriendo algún yuyo para el mate o tereré.
“No me voy a entregar, me siento feliz cuando trabajo, estoy acostumbrada al trabajo”, dijo muy convenida.
Ella tiene 14 hijos, 60 nietos y 12 bisnietos. Con orgullo relató que muchos también tienen sus propios puestos y se dedican a la venta de plantas medicinales, labor que se convirtió en toda una tradición familiar.
Pese a la difícil situación, a causa del Covid-19, mencionó que siempre hay ventas y aseveró que es feliz porque sigue teniendo la posibilidad ofrecer sus productos.
Luego de una larga jornada de trabajo, doña Aparicia va a su casa a relajarse, a reponer energías y volver al día siguiente “hasta que Dios diga basta”.
Ella y muchos vendedores más se vieron perjudicados por el incendio que se originó alrededor de las 7.30 del viernes y afectó a unas ocho casillas. El fuego los tomó de sorpresa en plena preparación del tradicional carrulim y a días de una fecha clave para venta de este preparado.
Muchas historias quedaron atrás, fue lo que expresó Javier Torres, del Paseo de los Yuyos, ante el inesperado siniestro. Aseguró que todos los vendedores y vendedoras se repondrán y saldrán adelante para mantener las tradiciones, pese a que prácticamente lo perdieron todo.
