La liberal Celeste Amarilla recordó el caso de Antebi Cué sosteniendo que la propiedad fue usurpada por brasileños narcos, que a su criterio, tienen que ser desalojados.
“Esas tierras de Antebi Cué, que se expropiaron para la agricultura, hoy están absolutamente ocupadas por brasileños ricos. Ganaderos. narcos, todos brasileños”, dijo.
“Muchos de ellos dispuestos a pagar, lo que no se puede es vender porque son brasileños a no ser que hagan el truquito de nacionalizarse. Es otro tema que hay que abordar. Esas tierras son carísimas”, remarcó la senadora.
“Hay que poner a la venta paraguayos, no a los que hoy están ahí. Los que están son usurpadores de una propiedad expropiada para reforma agraria”, manifestó.
“Al final no eran agrícolas, pero las tierras son del Indert. No es posible que el Indert les haya dado permiso de explotar con ganado de primera, estancia modelo”, reclamó.
“Esa gente no es sujeto ni de reforma agraria ni de comprar. Son brasileños, un montón de narcos tienen que ser desalojados”, insistió.
“Tiene que ponerse a la venta a paraguayos que quieran dedicarse a la ganadería”, reiteró y que depende de la voluntad del gobierno.
Su correligionario Sergio Rojas pidió saber cuánto es la deuda del Estado por las expropiaciones. “La peor inmobiliaria de este mundo es el Indert”, sentenció.
Perros peligrosos. Una mayoría en el Senado resolvió el rechazo de un proyecto que regula la tenencia de perros potencialmente peligrosos, presentado por el diputado cartista Yamil Esgaib.
El opositor Eduardo Nakayama consideró innecesaria la legislación sobre este punto, alegando que ya se encuentra incluso reglamentada.
Refirió que Esgaib utilizó como base una ley española que ya fue derogada.
Celeste intervino para pedir que se deje de banalizar las leyes en temas que pueden ser tratados dentro del ámbito municipal, y se refirió al proyectista como “prócer”.
Yolanda Paredes, de Cruzada Nacional, sí estuvo a favor de la propuesta y consideró el caso como una cuestión de seguridad pública, comentando una experiencia personal, que dejó un trauma para sus hijas. El proyecto rechazado ahora vuelve a la Cámara de Diputados.