Un riesgo que en su caso, les dijo, es mayor. Porque cuanto mayor es su jerarquía económica, política o profesional, más riesgo tienen de ser vigilados y controlados digitalmente.
“Si alguien recibe un mensaje sospechoso de algún príncipe no lo abran”, bromeó Harari durante su intervención en el Foro Económico Mundial recordando el supuesto espionaje del príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman al presidente de Amazon, Jeff Bezos, también dueño del Washington Post, diario en el que trabajaba el asesinado periodista Jamal Khashoggi.
Para Harari, el mundo se enfrenta a tres problemas existenciales: una guerra nuclear, el colapso ecológico o lo que él llama “perturbación tecnológica”, las consecuencias que puede traer el desarrollo de la inteligencia artificial sobre las sociedades y los países.
UN MUNDO DIVIDIDO. En este tercer caso cree que se puede producir una “cascada” de alteraciones que empezará con la pérdida de millones de empleos por la digitalización de la economía y puede acabar con la división del mundo entre países o sociedades dominantes por su desarrollo en inteligencia artificial y países o sociedades “colonizados”.
“Cuando se dispone de suficientes datos ya no hace falta enviar soldados para controlar un país”, dijo Hatari, para quien el futuro que nos espera es o “colonialismo digital o dictaduras tecnológicas” y el hombre puede acabar “luchando contra su propia irrelevancia”.
HUMANOS PIRATEADOS. También advirtió sobre el riesgo de que los seres humanos puedan ser hackeados con los avances tecnológicos.
“Ya no hará falta enviar soldados si tienes datos suficientes sobre un país en particular (...) Las nuevas tecnologías ofrecerán muy pronto la posibilidad a los grandes grupos de ‘piratear’ a seres humanos”, aseguró.
RIESGO GLOBAL. Por eso hizo un llamamiento a los líderes mundiales para que afronten juntos estos riesgos globales en lugar de lanzarse hacia carreras para ser los primeros en digitalización. En este sentido, señaló que o se distribuyen en el mundo los beneficios de la inteligencia artificial o esta generará por un lado una “riqueza enorme” para algunos países y llevará a otros a la bancarrota, con clases sociales “inútiles” desde el punto de vista económico y político.
GLOBALISTAS. El historiador israelí, que se hizo conocido por su libro Sapiens, criticó a los líderes políticos que hablan de poner a su país primero y cree que es un “error peligroso” el nacionalismo que no valora el multilateralismo. “En el siglo XXI los nacionalistas buenos tienen que ser globalistas”, dijo Harari, para quien el buen nacionalismo no consiste en obviar a los extranjeros, sino en proteger a los compatriotas, y para eso deben cooperar con los extranjeros.
Para Harari, sería bueno que los líderes internacionales tomasen como ejemplo el mundial de fútbol, “un gran escaparate de armonía mundial”, para construir sus relaciones y compartir los avances en inteligencia artificial, evitando así una división futura entre las sociedades.
La IA debe ser regulada, según expertos tecnológicos
El consejero delegado de Google, Sundar Pichai, reconoció que “la IA (inteligencia artificial) debe ser regulada”, un trabajo que “va más allá de los esfuerzos individuales de las compañías” y en el que “los gobiernos tienen un papel fundamental”. En ese mismo sentido, el líder de Microsoft, Satya Nadella, coincidió en Davos al afirmar que la regulación del uso y las aplicaciones de IA “es crucial”. No obstante, la IA y la tecnología 5G son consideradas las bases de la inminente digitalización de la economía, un proceso que es percibido con recelo por los consumidores, pero que han defendido esta semana en el Foro Económico directivos de Paypal, Huawei o Ericsson. Y aunque China y Estados Unidos firmaron una tregua comercial su rivalidad tecnológica sigue en pie, en cuestiones claves como el 5G, los chips y la inteligencia artificial, alimentando el espectro de una “guerra fría” del siglo XXI, según expresaron expertos en el Foro Económico de Davos.