El Tratado de la Itaipú Binacional cumple el año entrante 50 años y, según este documento, se puede hacer una revisión del documento con miras a hacer los cambios que beneficien a los dos países dueños de la usina; es decir, Brasil y Paraguay.
Coincidentemente con el 50 aniversario de la firma del Tratado también se terminará de pagar la millonaria deuda que se originó con la construcción de la majestuosa obra. Una parte fundamental del Tratado dice que la tarifa de Itaipú estará definida por los costos operativos y financieros de la usina.
Entonces, al finalizar el pago de la deuda, unos 2.000 millones de dólares anuales, los costos financieros de la hidroeléctrica bajan significativamente y, según los técnicos paraguayos, hay dos opciones. Una es mantener la tarifa y generar recursos para beneficio de los países socios y la otra es bajar la tarifa de la Itaipú a razón de que los costos también están disminuyendo.
La postura paraguaya es la de mantener las tarifas y distribuir los recursos equitativamente entre ambos países; serían unos 1.000 millones de dólares anuales para cada socio.
Este monto ya es muy importante para Paraguay; sin embargo, para el Brasil, esta suma de dinero significa muy poco, considerando el presupuesto anual que maneja cada país. De ahí que al vecino país poco o nada le interesa mantener la tarifa de la hidroeléctrica y prefiere una reducción de esta y beneficiar a sus industrias paulistas.
Sin embargo, Paraguay con 1.000 millones de dólares puede hacer muchas cosas, ya que representa el 10% de las reservas monetarias internacionales; puede ayudar a pagar una buena parte de la deuda externa anual o puede financiar una buena parte del Presupuesto General de la Nación (PGN).
La idea que motivó a Paraguay a plantear el mantenimiento de la tarifa de Itaipú y acceder a los 1.000 millones de dólares anuales fue para crear un Fondo Soberano. Una importante suma de dinero que se guardaría en cuentas especiales y a las que solo se accedería en situaciones de extrema necesidad o emergencia, como fue el caso de la pandemia del Covid-19. También con este fondo soberano se podrían cubrir eventuales gastos para hacer frente a catástrofes naturales, efectos de sequías o inundaciones graves, en donde el Estado indefectiblemente debe salir a auxiliar a la población.
Fue durante la administración de James Spalding, ex director paraguayo de la Itaipú, que se empezó a hablar de la posibilidad de crear un Fondo Soberano con los recursos extras que provendrían de la hidroeléctrica.
Lastimosamente, Brasil no tiene la misma visión y, de hecho, está aplicando tarifas más bajas conforme a lo que establece el Tratado en el Anexo C. Paraguay, por su lado, insiste en pagar la misma tarifa con el fin de forzar al Brasil a negociar el mantenimiento de las tarifas.
El viernes pasado los presidentes Mario Abdo Benítez, de Paraguay, y Jair Bolsonaro, de Brasil, se reunieron para observar los avances del Puente de la Integración. Se generó una gran expectativa de que por fin los mandatarios tratarían el caso de la tarifa de Itaipú; sin embargo, al parecer el tema no fue mencionado y todo hace suponer que Brasil está imponiendo de hecho la reducción de la tarifa.
Con los últimos acontecimientos se va diluyendo la ilusión de Paraguay de acceder a unos 1.000 millones de guaraníes anuales provenientes de la Itaipú. Ahora habrá que idear un plan B para generar recursos, porque muchos compromisos se tomaron a nivel estatal esperando contar con tan importante suma de dinero, que por ahora se torna más que remota.