El hecho había ocurrido en la zona denominada Pantanal, del barrio San Isidro, de la ciudad de Lambaré.
El subcomisario Mario Gamarra, de la Comisaría 4ª Central, de la ciudad de Lambaré, detalló que el lugar donde se produjo el allanamiento es un asentamiento con gente en situación de extrema pobreza, vulnerabilidad que los traficantes aprovechan y los utilizan como protección.
“Eso quiere decir que a cambio de dinero y drogas les brindan lealtad y es por ese motivo que ellos quisieron impedir el procedimiento, reaccionando como lo hicieron”, refirió.
Señaló que en el lugar estaban aproximadamente unas cien personas, que reaccionaron “como patoteros, como locos”, durante el allanamiento que se realizó por personal de Antinarcóticos, encabezado por el fiscal Lorenzo Lezcano.

Apuntó además que el objetivo era realizar el allanamiento, ya que se trata de un foco de distribución de sustancias estupefacientes, donde se tenía la información de que estas personas serían integrantes o presuntos cabecillas del Clan Rotela.
El comisario César Diarte mencionó, por su parte, que ayer de tarde realizaron un operativo en el que incautaron un aparato celular del poder de Isidro Ramón Huerta, quien se encuentra con prisión en la cárcel de máxima seguridad de Emboscada, por un caso de homicidio y otros hechos.
“El aparato será sometido a peritaje, pero adelantamos que contiene información muy importante que tiene que ver con el narcomenudeo en la zona del Departamento Central, ya que Rachel Lovera, detenida durante el operativo, sería pareja sentimental de Huerta”, indicó.
En el caso de la mujer, su aparato celular también fue incautado, del cual se consiguió información muy importante, según afirmó Diarte.
El jefe policial señaló que ayer realizaron una denuncia contra varias personas innominadas, por los hechos acontecidos en la mañana del domingo último.
Las tres personas que fueron detenidas durante el operativo quedaron a cargo de la justicia, ya que eran buscadas por microtráfico y son presuntos soldados del Clan Rotela, quienes lideran la venta de crac, cocaína y otros estupefacientes en la zona.
Los mismos son Anderson Monges Medina, Nelson Francisco Ñamandú y Rachel Lovera Cáceres, quien lleva un embarazo de ocho meses. Todos ellos tienen antecedentes por narcotráfico.