Dionisio Amarilla se quedó con la sangre hirviendo contra los medios de comunicación y contra la oposición, luego de haber sido expulsado antes de cumplir un año como senador en el 2019, ya que los considera como sus verdugos.
Fue elegido en estas elecciones, aparentemente decidido a cobrar venganza, abriéndose de los opositores, y aliándose al oficialismo colorado para convertirse en el principal operador del cartismo.
Esto le valió otra nueva expulsión, pero del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), junto con otros tres: Hermelinda Alvarenga, Noelia Cabrera y Édgar López.
Autodefinido como ario, se le sindica como el principal impulsor para la destitución de Kattya González, del Senado, y de hecho, le tocó ser el fiscal acusador.
Sus discursos en los debates durante la sesión suelen ser de alto voltaje, y no se preocupa por disimular su férrea defensa al bloque cartista ni escatima para arremeter contra referentes de la oposición.
Mantiene una marcada diferencia y casi se volvió habitual el choque permanente contra la liberal Celeste Amarilla, a quien se dirige con diferentes descalificativos.
Actualmente, le toca hacer el papel de dirigir una Comisión Bicameral de Investigación (CBI), que fue calificada como comisión garrote.
El blanco principal en este momento son las oenegés, y surgieron denuncias que desde la comisión filtraron informaciones y documentos que les fueron entregados, y así exponerlos públicamente a merced de los hurreros.
Amarilla, de profesión economista, firmó en lo que va de este periodo un total de 22 proyectos de ley, la mayoría de ellos con el oficialismo colorado.
Antes de inmiscuirse en el Parlamento, primero como diputado y luego como senador, fue miembro del Consejo Universitario de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). También estuvo como coordinador del Consejo de Admisión de la Facultad de Ciencias Económicas; asesor financiero y director general de Administración y Finanzas. Se habla de un notable crecimiento económico tras estas actividades.
SUS BIENES
En el 2007, ocupando el cargo de director de Administración y Finanzas de la UNA, en la declaración jurada de bienes de Dionisio no figuraban propiedades, y vivía en alquiler. En sus activos figuraba un monto de un poco más de G. 4.341 millones, y sus ingresos totalizaban G. 18.800.000. En el 2013, declaró cuatro propiedades en Ñemby, y un poco más de G. 5.000 millones en activos. Además, agregó la tramitación de un inmueble por fallecimiento de su madre.
En el 2019, tenía un total de 10 inmuebles, distribuidos en Santísima Trinidad; Fernando de la Mora, Areguá, Ñemby y San Ignacio, Misiones. En sus activos figuraba un monto de G. 4.530 millones
En el 2023, entre las cuentas a cobrar figuraba un monto total de G. 2.035 millones, y en la lista aparece su padre Dionisio Amarilla González con la suma más alta de G. 900 millones. Su total de activos trepó a G. 7.294 millones, según su declaración jurada.
Este año volvió a presentar la documentación, que figura en la página de la Contraloría. La cuenta de su padre subió a G. 1.300 millones; y en cuanto a sus activos, figuran G. 7.381 millones.