A partir de este viernes, la Cámara de Diputados estará presidida por el liberal Carlos María López, quien fue electo por medio de un acuerdo entre la oposición y el oficialismo colorado. Se trató de un duro golpe para la bancada de Honor Colorado.
El revés que sufrió el movimiento cartista hace que ninguno de sus representantes ocupe la mesa directiva en este nuevo periodo legislativo, que estará marcado por las internas partidarias y las elecciones generales del 2023.
Como vicepresidente primero estará Ángel Paniagua, de Fuerza Republicana; vicepresidenta segunda, Norma Camacho, del Partido Encuentro Nacional (PEN); secretarios parlamentarios, Freddy D’Ecclesiis y Hugo Ibarra, de Fuerza Republicana, y Sergio Rojas, del PLRA, llanista.
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El cartismo tenía a la Cámara Baja como uno de los principales bastiones, donde cuentan con la bancada mayoritaria. Con ese poder logra ejercer la presidencia de la institución durante varios años, principalmente con el diputado Pedro Alliana.
Justamente, Alliana se despidió de la titularidad en la sesión del pasado miércoles con un informe de gestión y destacando su trabajo en varias áreas e incluso diciendo que posiciona a la Cámara de Diputados como la mejor institución del Estado.
La interna colorada fue determinante para sacar de la silla a Alliana, que llevaba cuatro presidencias ganadas en forma consecutiva.
Fue una jugada de Hugo Velázquez
El acuerdo entre la oposición y el oficialismo colorado fue una jugada estratégica del vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, quien se postula como precandidato presidencial en el Partido Colorado. Su principal rival será el cartista Santiago Peña.
Velázquez, sin recelo, ofreció a los liberales la presidencia de la Cámara de Diputados, con tal de restar fuerza a sus oponentes con miras a la elección interna del 18 de diciembre.
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Los cartistas no pudieron impedir la sesión en la que los colorados oficialistas y los opositores le “madrugaron”. Ante la desesperación, tensionaron los ánimos y avivaron confrontaciones a gritos, que por poco llegaron a los golpes.
Con la alianza entre el oficialismo y la oposición se formó una nueva mayoría anticartista, de unos 50 diputados, aunque no tiene tanta solidez ya que con frecuencia se dan fugas tanto de liberales como de la bancada de Fuerza Republicana.
No alcanzó, por ejemplo, para el juicio político de la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, ni para aprobar el proyecto de ley que convierte en sujetos obligados del control de Seprelad a tabacaleras y clubes.