23 nov. 2024

Diputados oficializa blindaje y salva a tres legisladores de la destitución

Carlos Portillo, Tomás Rivas y Ulises Quintana se salvaron de perder la investidura, luego de que en una sesión exprés sus colegas decidieron tratar los pedidos y remitirlos al archivo.

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Los diputados Carlos Portillo, Tomás Rivas y Ulises Quintana fueron salvados de perder su investidura.

Foto: Archivo ÚH.

El eterno argumento de la mayoría de los diputados para tratar los pedidos de pérdida de investidura fue la falta de un reglamento. Esta situación se mantuvo por más de un año. Sin embargo, ayer, sin más trámites y sin reglamento alguno, todos los colorados, a excepción de Ramón Romero Roa y cinco liberales, decidieron salvar a los colorados Tomás Rivas y Ulises Quintana y al liberal Carlos Portillo. De esa manera violaron la Constitución que habla de sacar la investidura por mayoría simple de votos a un legislador que cometa tráfico de influencia fehacientemente comprobado.

Los pedidos de pérdida de investidura que pesaban contra los parlamentarios fueron remitidos al archivo sin que uno solo de sus pares hable en defensa de los acusados.

La sesión ordinaria de ayer no se realizó en Diputados debido a que las dos bancadas coloradas no llegaron a la sala porque seguían negociando el trámite que les iban a dar a los pedidos, por lo que se convocó a una extraordinaria ya con los votos cantados en contra de la expulsión.

La reglamentación para la pérdida de investidura estaba en el punto 12 del orden del día, pero ni siquiera llegó a ser analizada porque el diputado oficialista Carlos Núñez Salinas solicitó un cuarto intermedio para que se convoque a otra extraordinaria y se traten los pedidos. Su propuesta fue aceptada por la mayoría y se inició el debate sobre cómo debería ser el procedimiento.

TSJE. Los cartistas, encabezados por Basilio Núñez, argumentaron que los legisladores no están habilitados para juzgar a sus pares y que debía ser la Justicia Electoral la encargada de la remoción. Calificaron de “ilógico” que se le destituya a un parlamentario por mayoría simple. En el mismo sentido se expresó el oficialista Éver Noguera.

El debido proceso, del que tanto hacían alarde los diputados para poder reglamentar el artículo 201 de la Constitución, tampoco fue respetado por la mayoría, ya que se decidió sobre la marcha la realización de la sesión y que los acusados hagan su descargo.

Los tres diputados se declararon perseguidos políticos y que los procesos que enfrentan no tienen sustento.

Portillo fue el primero en presentar su defensa, pero en ningún momento habló del audio que lo involucra en el caso por el que es investigado. Se lo acusa de traficar influencias ante la justicia favorecer a un caso.

Dijo que la acusación en su contra es improcedente y que desde el principio se puso a disposición de la justicia. “Pedí mi desafuero y en su momento voy a demostrar mi inocencia”, aseguró. Por 38 votos contra 20 fue salvado.

Rivas, acusado por pagar a sus caseros con dinero público, expresó a su turno que celebraba que finalmente se pueda tratar el pedido de su expulsión. Aseguró que la denuncia en su contra fue toda una farsa, con documentos adulterados y que demostrará su inocencia en los estrados judiciales. Se salvó gracias a 43 de sus colegas.

En cuanto a Quintana, investigado por tráfico de drogas en carácter de cómplice, argumentó que la imputación por tráfico de influencias ya no existía y por ello ya no había causal para su expulsión. Fue blindado por 37 votos.

Los diputados opositores intentaron sostener las acusaciones, pero sin éxito, ya que la suerte estaba echada.

no votó. La diputada liberal Roya Torres estuvo en la sala durante la sesión; sin embargo, no votó, a pesar de que en uno de los registros oficiales de Diputados figuraba que votó en contra de la destitución de Portillo, por lo que desesperadamente buscó aclarar que no votó. Consultada de porqué no emitió su voto cuando se encontraba en el pleno, la misma dijo que no tenía por qué dar explicaciones de eso.