La usuaria de Twitter identificada como Pauli Arévalos, cuyo caso se viralizó en las redes sociales tras la denuncia que hizo de supuesta estafa por un vestido de novia de más de USD 3.000 (unos G. 20 millones), publicó un nuevo tuit en la tarde del martes.
La mujer indicó que llegó a un arreglo para la devolución del dinero con el diseñador de moda Fernando Preda, quien estuvo a cargo del diseño y la confección de la indumentaria.
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“Así como conté la historia, quiero contar que hoy Fer me escribió diciendo que me devolvería el dinero”, escribió y en otro tuit compartió la captura de pantalla de la conversación que mantuvo al respecto.
Pauli Arévalos había relatado en un hilo en Twitter la experiencia que vivió con el afán de usar el vestido de novia de sus sueños para su boda y denunció que fue víctima de una estafa que le costó en total USD 3.670 (unos G. 24 millones).
Comentó que la prenda se terminó de confeccionar en un tiempo excesivo y que al final no lo pudo usar en su boda. Varios internautas expresaron su enojo e indignación por el caso.
El hecho encendió las redes
La publicación de la usuaria superó más de 1.000 comentarios, 19.000 retuits y 79.000 me gusta y se extendió a otras plataformas como Facebook e Instagram.
Incluso, desde la Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario (Sedeco), recomendaron formalizar la denuncia con una factura de compra en el marco del artículo 1 de la Ley 4868/2013 de Comercio Electrónico para tener intervención.
Dicha disposición establece que la normativa tiene por objeto regular el comercio y la contratación realizados a través de medios electrónicos o tecnológicamente equivalentes, entre Proveedores de Bienes y Servicios por vía electrónica, intermediarios en la transmisión de contenido por las redes de telecomunicaciones, las comunicaciones comerciales por vía electrónica y los consumidores o usuarios.