Para celebrar el centenario de la empresa, que se cumple oficialmente el 16 de octubre, Disney abrió las puertas a sus bóvedas recientemente, y permitió a los medios de comunicación visitar su estudio de grabación en Burbank, cerca de Los Ángeles.
“Esto es lo que llamamos la punta del iceberg”, dijo Becky Cline, directora de los Archivos Walt Disney, antes de presentar artefactos originales como el documento legal que marca la fundación del estudio, el primer guion de la caricatura de Mickey Mouse, y trajes de las últimas películas de Marvel.
Otros muchos artículos están de gira por el mundo con Disney100: La Exhibición, que se encuentra de forma simultánea en Múnich y Filadelfia, y que debe visitar otros destinos, como Londres.
En París, además, fue abierta una experiencia inmersiva y multisensorial centrada en la amistad entre sus personajes distintivos.
Pero la mayor parte de los archivos de Disney está en “cinco o seis” almacenes “distribuidos” en el área de Los Ángeles, con objetos grandes como antiguos carros de parques temáticos y utilería de películas, dijo la archivera Nicole Carroll.
"¡Hacemos tantas cosas que estamos siempre buscando más espacio!”, comentó.
Fundado en 1970, el objetivo del altamente especializado y meticuloso equipo de 30 archiveros es mantener “una pequeña muestra” de todo, explicó Carroll.
Por ejemplo, si una película recién estrenada tiene 250 trajes suntuosos, con cuatro o cinco por cada superhéroe, el equipo seleccionará “un par de modelos distintivos de cada personaje” para la posteridad.
Pero incluso con esta metodología, cada vez que termina una producción, el equipo podría agregar “cientos de cosas” al archivo, explicó Carroll.
Uno de los más preciados tesoros de los archivos son los gigantescos libros de cuentos que aparecen al inicio de Blanca Nieves y los siete enanos y La bella durmiente, así como un zapato de cristal de la versión actuada de la Cenicienta.
Algunos ganan un nuevo propósito: una bola de nieve de la película de Mary Poppins de 1964 fue retirada del archivo y replicada por los cineastas que trabajaron en la nueva versión de 2018.
Si a esto se suman los archivos fotográficos y documentales que contienen las primeras ediciones de dibujos animados, entradas para la inauguración de Disneylandia en 1955, balances corporativos y recortes de prensa, la colección total asciende a “cientos de millones” de artículos, afirma Cline.
Pero quizá el espacio más sagrado para los obsesivos de Disney se encuentre justo en el lote de Burbank: las oficinas personales del fundador Walt Disney, en donde construyó su imperio del entretenimiento desde 1940 hasta su muerte en 1966.
Se hizo un minucioso inventario de cada objeto que él dejó, incluso con el detalle del ángulo exacto de reposo de sus libros, entre ellos volúmenes sobre Nikola Tesla, Salvador Dalí y trenes.
Hace una década estas oficinas fueron restauradas por los empleados de los Archivos Walt Disney.
Ahora concentran desde planes sin terminar para parques temáticos hasta figuras de adorados personajes de cuentos de hadas.
Y por supuesto, varios premios Óscar.
Sólo unos pocos grupos son admitidos para visitar anualmente este recinto, considerado sagrado por los entendidos de una empresa famosa por la obsesión casi sin paralelo de sus aficionados.
“La gente viene y llora frente a este humano increíble”, dice la guía turística Laura Sánchez. “Consiguen pasear en el pasado”.