De acuerdo con el ministro de Defensa, Óscar González, los militares que sobrevolaban a bordo de un helicóptero en una zona boscosa de Brítez Cué, en el distrito de Yby Pytã, Departamento de Canidenyú, estaban realizando una tarea de inteligencia que consistía en el reconocimiento del lugar y por tanto su misión no era enfrentar a criminales.
“Las operaciones de inteligencia son riesgosas y no son operaciones de combate”. “Los vuelos de reconocimiento tienen que estar a una altura para ver lo que está ocurriendo abajo, de lo contrario no tendría razón de ser”, explicó en comunicación con Radio Monumental 1080 AM.
González indicó que respondieron al protocolo, al ser atacados los militares huyeron rápidamente y pudieron aterrizar en un sitio seguro, a pesar de los daños que sufrió el helicóptero.
Alrededor de nueve uniformados del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI) se encontraban en la aeronave, de los cuales dos resultaron heridos.
🔴 Así quedó el helicóptero de la FTC tras ataque en zona de influencia de Felipe Acosta, alias Macho
— Monumental AM 1080 (@AM_1080) June 21, 2024
🔸 Recibió entre 6 a 7 impactos de bala de grueso calibre. El Tte. Fernando Viveros recibió un balazo en el brazo y la pierna, y el Tte. Cnel. Luis María Sapriza en el brazo.… pic.twitter.com/8DHnzr1dqB
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Ambos fueron atendidos, primeramente, en el Hospital de Curuguaty y luego fueron trasladados al Hospital de Trauma para tratar las heridas en el brazo y la mano. Cuando se encuentren en mejores condiciones serán derivados al Hospital Militar, según los reportes.
Patrullas de combate o reconocimiento
El motivo por el que fueron alcanzados por disparos realizados desde tierra es porque el helicóptero sobrevolaba a una distancia cercana al suelo a fin de que le permita observar lo que está ocurriendo en el área de incursión, según González.
“Las patrullas pueden ser de combate o de reconocimiento, que su misión es observar reportar y eventualmente retirarse cuando son avistados”, insistió.
El ministro evitó dar más detalles de la operación porque podrían comprometer la investigación en el área de influencia del presunto narcotraficante Felipe Acosta, alias Macho.
Sin embargo, considera que las operaciones van por buen camino. “Estos enfrentamientos nos dan la pauta de que el CODI está teniendo informaciones precisas y de que estamos muy próximos a él”, agregó.
El ataque se registró a dos meses después de la militarización en Canindeyú que dispuso el presidente de la República, Santiago Peña, para enfrentar la ola de inseguridad y los violentos atentados de sicariatos registrados entre grupos criminales dentro de una guerra narco por el dominio territorial fronterizo.
Estado de salud de los uniformados
El teniente coronel Luis María Sapriza Melgarejo sufrió una herida en la mano con dos huesos metacarpianos fracturados y el teniente Fernando Darío Viveros Rojas, en el brazo en la zona del húmero y es quien tiene la lesión más grave.
Ambos deberán someterse a cirugía y fisioterapia, con tratamientos que los dejarán fuera de servicio entre tres y seis meses, de acuerdo con el director del Hospital Militar, Darío Fretes.
Según el médico, no deberían quedar secuelas al terminar el tratamiento.