En otro plano de la oposición, los sectores de izquierda juegan su propio partido y no vislumbran la posibilidad de integrarse a la concertación.
A poco más de un año de una nueva elección presidencial, la oposición aún no tiene un candidato firme y aún no estableció las reglas de juego por las cuáles llegará a la candidatura. Si bien existe por parte del PLRA el mandato de su asamblea en avanzar en la celebración de acuerdos por medio de una concertación, las demás fuerzas no hicieron aún sus respectivas asambleas para acompañar la decisión del mayor partido de oposición.
No obstante, por debajo de estos aspectos que son de forma, subyace la falta de acuerdo y la resistencia por parte de cada sector para llegar unidos al 2023, prefiriendo mantener sus propios intereses.

El PLRA es un claro ejemplo con su división en todos los frentes. La división entre el titular Efraín Alegre y los sectores alineados al llanismo hace que esten empantanadas las negociaciones en el seno de la mesa de oposición.
Los llanistas creen que esa mesa está hecha al solo efecto de potenciar la figura de Efraín Alegre y subestima el poder de convocatoria y liderazgo de los representantes en esa mesa.
A su vez, Alegre se recuesta en la representatividad que da dicha instancia política y la imagen de unidad que proyecta al exterior. No obstante, haber preferido la discusión de candidaturas y un proyecto dentro de esta mesa, le costó una dura prenda al punto de que prefirió sentarse con el Partido Patria Querida (PPQ), en detrimento de Frente Guasu.
División. La principal división entre el luguismo y Patria Querida es que este sector fue el impulsor de la ley, Riera-Zavala que criminaliza la invasión de tierra y perjudica a sectores campesinos.
Esta situación de tener a dos grandes sectores de oposición divididos –uno en la mesa de Concertación y el otro en el proyecto de Ñemongeta Guasu– da espacio a la duda de que se pueda conformar un solo frente opositor como en principio era la intención (al menos en el discurso) de los principales dirigentes.
La senadora Esperanza Martínez, quien al igual que su colega Sixto Pereira luchan por llevar la candidatura a la presidencia por el sector, dijo que la izquierda tendrá candidato y que de momento están concentrados en eso y no habló todavía como se acoplarán con la concertación. “Todavía no hemos terminado de debatir. Lo que hicimos nosotros es un proceso que habíamos dicho durante el mes de marzo y comienzos de abril de hacer los Ñemongeta”, dijo.
¿CONCERTACIÓN LEGISLATIVA? Otro aspecto en que no se avanza y pareciera ser casi una utopía es una concertación Legislativa, es decir, que no se circunscriba el acuerdo solo a la chapa presidencial, sino en las listas de senadores, diputados y gobernadores.
El candidato a senador Eduardo Nakayama hizo hincapié en este aspecto y señaló que de hecho en convención el partido dejó abierta la posibilidad de que se celebre ese acuerdo con las demás fuerzas. Si no avanzan en ese aspecto, como oposición tienden a regalar bancas por la dispersión.
Además de la falta de cohesión, a medida que llega el plazo para la inscripción de la concertación, que según el calendario fijado por la Justicia electoral es hasta el próximo 27 de junio, aparecen más candidatos. En el PLRA, son tres los que caminan con firmeza: Alegre, Hugo Fleitas y Martín Burt.
En el plano del tercer espacio, los diputados Sebastián Villarejo (PQ) y Kattya González (PEN), deben bregar contra el hecho de que sus principales aliados están divididos. Inclinarse hacia el llanismo o un poco más al efrainismo significará romper con uno de los sectores.
El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y las demás fuerzas de oposición que integran la mesa de concertación, dilatan la inscripción de dicho acuerdo pese al plazo perentorio de hasta el 27 de junio de este año, según manda el cronograma electoral. Los abogados que representan a los distintos sectores representados en la concertación consideran que hay tiempo y que solo falta voluntad política.
De acuerdo al apoderado partidario, Cristian González, el equipo jurídico ha avanzado en una hoja de ruta a seguir pero debe tener el aval de todos.
El principal desafío es inscribir la concertación y para la elección de candidaturas dejar sentado el uso del padrón de electores inscriptos en el Registro Cívico Permanente (RCP).
“La gran discusión es el padrón a utilizar. Creemos que estamos en el derecho de hacerlo a padrón abierto, dado que los inscriptos en el RCP no tienen dueño, cada uno es soberano. Eso sí, hay que blindar bien el padrón a utilizar. Quiénes quieran participar pueden hacerlo”, dijo González quien además informó que las demás fuerzas deben celebrar asambleas para aprobar la concertación.
Para la apoderada llanista, Basiliza Vázquez, la dilación de la inscripción de la concertación pasa por una estrategia de Efraín Alegre quien en definitiva se niega a concertar y supuestamente con esta actitud juega a favor de colorados.
Hasta el 27 de junio hay tiempo