04 may. 2025

Distancias que ya no cuentan

Marta García – @marthegarza

“¡Oh! Esto me hace sentir menos del tercer mundo”. Un colega de otro país de Sudamérica compartía esta frase (con la discreción correspondiente, por supuesto) para exteriorizar su sentir respecto a la realidad del periodismo en Berlín, mientras cerrábamos un recorrido por medios de la capital alemana. La actividad formó parte del programa de becas que el programa Internacional de Periodistas de Alemania otorga a periodistas latinoamericanos y que nos tendrá durante dos meses en esta ciudad.

Cuando llegamos a un país europeo y empezamos a relacionarnos con la cotidianeidad de una potencia económica como Alemania, normalmente quedamos abrumados por lo lejos que se encuentran de nosotros, especialmente en cuanto a la calidad de los servicios públicos. Las opciones de transporte público (metro, tren, tranvía, buses), o la facilidad y hasta el placer de caminar por limpias y extensas veredas, hacen que sintamos que en Paraguay estamos sumidos en un verdadero submundo de caos y desprecio hacia una vida urbana digna.

Las diferencias se acentúan más cuando nos relacionamos con la población local y surgen temas como la conciencia para el pago de impuestos, el cuidado del medioambiente y otros. Sin embargo, los desafíos profesionales alrededor de la comunicación y el periodismo se encuentran entre los puntos en común por los que atravesamos en distintas partes del mundo, y acortan esa distancia que generan los gobiernos y ciertos rasgos culturales.

Nuestra generación (la de los millennials no tan jovencitos) es probablemente la que pasó por los mayores cambios en su relacionamiento con el mundo exterior, al menos en las últimas décadas. De haber aprendido a leer y escribir con lápiz y papel, desenrollar cintas de casete y esperar días para revelar las fotos, ahora debemos estar al día con las redes sociales de moda y las app que solucionan distintas aristas de nuestras vidas.

Esta lucha por no quedar obsoletos y superados por unos nativos digitales que incorporan las innovaciones digitales de manera tan natural es la misma que enfrentan los medios de comunicación tradicionales. Seguimos sin encontrar al 100% la receta del éxito para la convergencia al mundo digital, tanto desde el punto de vista comercial como de los formatos y las narrativas que deben adquirir los productos periodísticos.

En este escenario de retos y exigencias, además de las estrategias de fusión entre las redacciones de las versiones impresa y digital, y para la oferta de productos libres y a suscripción, la revista semanal alemana Der Spiegel (prestigiosa, de enorme tirada y con más de setenta años de trayectoria) apuesta por la calidad de los contenidos periodísticos, el activo intangible más básico, pero que muchas veces es relegado ante la intensa marea de las actualizaciones tecnológicas.

Esta actitud es la que debe guiarnos, en la rama en que nos toque desempeñarnos y en el punto del planeta en que estemos trabajando. Der Spiegel está convencida de que sus lectores y usuarios seguirán pagando por materiales de alta calidad, en cualquiera de las plataformas en que deba incursionar, y esto les ha llevado a superar antiguas y recientes crisis. Así debemos esforzarnos también nosotros por enriquecer tanto la forma como el fondo, para que el éxito llegue como un efecto natural de nuestra formación y dedicación, y las distancias se sigan acortando no solo por las necesidades, sino también por las respuestas.