Desde mayo de este año, cuando empezó la crisis cambiaria en Argentina y Brasil, el efecto que tuvo a nivel local fue que el dólar americano comenzó a apreciarse frente al guaraní, afectando el ritmo de las importaciones locales.
Una moneda argentina oscilando a 40 pesos por dólar y una divisa brasileña en 4,22 reales por dólar, literalmente desplomó el ritmo de las importaciones bajo el régimen de turismo, que tras venir creciendo dos dígitos hasta marzo, al cierre de julio se verificó apenas un 0,6% positivo, según datos del informe de comercio exterior del Banco Central del Paraguay.
Neri Giménez, presidente del Centro de Importadores del Paraguay (CIP), manifestó que su sector es el primer afectado cuando se dan estas fluctuaciones fuertes en el valor del dólar americano.
“Como los que importan tienen una moneda inestable, entonces fijan un mayor precio a los bienes y esto afecta el nivel de consumo. Los importadores están en una situación de incertidumbre porque no se sabe hasta dónde irá el techo de cotización; hay una depreciación de la moneda local de entre 3% y 4% que ya no se recupera más”, manifestó.
Esta desaceleración en el ritmo de las importaciones tiene como principal factor la situación de inestabilidad económica de los dos principales vecinos, Argentina y Brasil.
El turismo
“En Ciudad del Este los negocios están vacíos y aquellos que tenían que hacer la reposición de stock están comenzando a rematar. No sabemos en qué va a terminar la situación brasileña que, encima, está en un proceso electoral”, explicó al referirse a la merma en las compras bajo el régimen de turismo en frontera.
Por otro lado, comentó que los importadores que en estos meses inician los procesos de compra para lo que serán las fiestas de fin de año, ahora están más cautos, esperando ver cómo evoluciona el mercado en estos meses.
“El que tenía previsto comprar 100 con suerte va a pedir 70, el comercio se vuelve más conservador por la incertidumbre”, subrayó.
En los últimos meses, las variaciones de precios de bienes importados se han ido incrementado como efecto de un dólar más caro, según los datos de inflación del BCP.
Giménez señaló que es una cuestión natural, debido a que los precios de los importadores también aumentan, esto golpea después en el ritmo de consumo, que inclusive en junio ya fue de un 0,3% negativo.
“El Gobierno debería aumentar los controles en frontera porque la devaluación del peso argentino está incrementando el contrabando desde Clorinda”, reclamó.
Esta situación de inestabilidad cambiaria no solo afecta a los agentes económicos que importan producto, recordó que también los industriales paraguayos importan gran parte de su materia prima y resienten estas subas.