18 dic. 2024

Dominio cartista de la Justicia es un peligro para la democracia

El anhelo de una Justicia imparcial e independiente se está viendo frustrado debido a la estrategia de copamiento por parte de un sector del Partido Colorado: el cartismo. Este sector está sacando el máximo provecho de la mayoría que tiene la ANR en ambas cámaras del Parlamento. Resulta peligrosa la soberbia de quien puede imponer su mayoría, incluso para forzar nombramientos que rayan lo inconstitucional. Con estas decisiones hacen un gran daño a la democracia y demuestran su desapego del estado de derecho.

Como ya había anunciado su intención, finalmente el presidente Santiago Peña designó a la ex ministra de la Corte Suprema Alicia Pucheta de Correa como representante del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura (CM). El nombramiento se hizo oficial a través de un decreto divulgado cerca de la medianoche del pasado lunes. La designada forma parte del movimiento Honor Colorado.

Según la versión oficial, la designación se hizo efectiva debido al fenecimiento del mandato de Alfredo Kronawetter en este organismo.

Sin embargo, ese mandato no está fenecido, como afirma Óscar Paciello, titular del Consejo de la Magistratura, quien sobre la polémica designación afirmó que “no es constitucional”. Recordó que el mandato de Kronawetter se inició en abril de 2023, por lo que debe extenderse hasta el 2026. Explicó Paciello que el Consejo había comunicado en abril pasado la vacancia de la representación del Ejecutivo “conforme a los plazos”, tras lo cual fue designado Kronawetter.

El abogado había sido designado este año vía decreto, de acuerdo con el artículo 263 de la Constitución Nacional, según el cual su mandato dura tres años, vale decir que se extiende hasta 2026, y que solo puede ser removido vía juicio político.

Preocupa que fuercen una situación y que además no disimulen la prisa. Apenas publicado el decreto, muy pronto ya fue incluido en el orden del día del Senado el juramento de la persona designada. La Cámara de Senadores ya prepara el juramento, que está previsto en el primer punto del orden del día de la sesión ordinaria que se desarrollará en la fecha.

Estas actitudes y decisiones del Gobierno de Santiago Peña generan gran consternación por el objetivo al que evidentemente están apuntado. Con una absoluta mayoría de la ANR en ambas cámaras del Congreso Nacional, este partido tiene una ventaja absoluta. El grave problema que se le presenta a nuestra democracia es el uso que está haciendo un sector del Partido Colorado con esa mayoría que le otorga impunidad completa, y en este caso específico apuntan, sin dudas, al copamiento de la Justicia.

Recordemos que el Informe 2023 de la Corporación Latinobarómetro decía que Paraguay es el país con actitudes más autoritarias de toda la región, y llamaba la atención sobre el hecho de que el país es gobernado por el Partido Colorado desde el año 1948, y que tuvo apenas un periodo de alternancia, interrumpida, según algunos, por un golpe de Estado parlamentario.

El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y el Consejo de la Magistratura son las instancias desde las cuales se ejerce el control, la sanción y elección de fiscales y jueces. Es inadmisible y antidemocrático que estos órganos sean controlados por un exclusivo sector político, en este caso, vinculados al cartismo. Con esto se da al mismo tiempo un quiebre en el equilibrio de los poderes como proclama la Constitución Nacional en su artículo 3: “El gobierno es ejercido por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de independencia, equilibrio, coordinación y recíproco control. Ninguno de estos poderes puede atribuirse, ni otorgar a otro ni a persona alguna, individual o colectiva, facultades extraordinarias o la suma del Poder Público”.

Ejercer una mayoría arrasando y aniquilando al otro no es democracia. Responde, en cambio, precisamente, al modelo autoritario y despótico que desplegó la dictadura de Alfredo Stroessner durante 35 años en el Paraguay.

Con el copamiento colorado cartista no podremos aspirar a una Justicia plural e independiente; e ignorar interesadamente la Constitución supone el sometimiento del sistema democrático y del estado de derecho.

Más contenido de esta sección
Un proyecto que buscaba modificar el Código Penal para evitar que los casos de corrupción prescriban en la Justicia fue rechazado por los diputados y enviado al archivo. Se buscaba endurecer las penas, ampliar el universo de tipos penales, extender plazos para la prescripción y endurecer criterios de medición de la pena para delitos de corrupción pública y privada, con énfasis en la corrupción cometida por funcionarios públicos. El rechazo de esta propuesta parece una verdadera declaración de intenciones.
Mientras el ex diputado colorado Juan Carlos Ozorio opera para obtener una medida sustitutiva a la prisión, la Cooperativa San Cristóbal, de la que fue presidente, siente las devastadoras consecuencias de haber sido una entidad a través de la cual, presuntamente, se puso en circulación el dinero proveniente del tráfico ilegal de drogas. Perdió la confianza y a miles de socios. Es un ejemplo de lo que les sucede a las instituciones cuando falta fiscalización. Si no mejoran los controles, este caso se volverá a repetir, con los mismos funestos resultados.
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.