La denominada Ley Justina colocó al vecino país a la vanguardia de la donación de órganos y reavivó las esperanzas de las más de 10.000 personas que aguardan un trasplante, según señalan medios argentinos.
Los principales impulsores de esta ley fueron los padres de la pequeña Justina, de 12 años, quien falleció en noviembre del 2017 tras esperar por más de un año un corazón que nunca llegó.
Esta normativa sancionada por la Cámara Baja argentina estipula que podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos a toda persona capaz, mayor de 18 años.
Es decir, sin tener que precisar de previa autorización de la familia y salvo que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de sus órganos.
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Paraguay cuenta con una ley similar, la 1246, en la cual se contempla que una persona es donante a partir de los 18 años a no ser que exprese lo contrario ante el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), pero con la salvedad de que la intervención debe ser autorizada por el cónyuge, los hijos mayores o los padres del paciente.
Este mandato fue promulgado en 1998 y aunque –en pocas palabras– es de ayuda para las personas necesitadas de un trasplante, aún se registra una estadística muy baja debido a que muchos familiares se oponen al procedimiento.
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Al respecto, el ex director del INAT, Hugo Espinoza, consideró que este avance presentado en Argentina es muy positivo para la sociedad.
Señaló que pese a que la “Ley Justina” aún no fue reglamentada por el Ejecutivo del vecino país, el desafío trasladado a nivel nacional es saber interpretar las modificaciones impuestas por el decreto.
“El problema crucial en Paraguay, a mi criterio, son dos cosas. La primera es la concientización de la población sobre el tema. El otro punto crucial es el sistema de salud, se debe mejorar sustancialmente una serie de cosas para que funcione”, señaló a NoticiasPy.
Para el profesional, el cambio de mentalidad con respecto a la cultura de la donación debe ir de la mano de una atención más eficiente en las instituciones sanitarias, ya que de lo contrario se estaría “conspirando en contra de la donación de órganos”.
Estadísticas locales
Actualmente, 224 pacientes se encuentran en lista de espera, de los cuales 124 están en espera de una córnea, 83 de riñón, 11 de corazón y 6 de hígado.
Un total de 49 procedimientos se hicieron hasta la fecha, de los cuales 21 fueron de córnea, 18 de riñón, 8 de médula ósea y 2 de hígado, según los datos del INAT.
La cifra es ínfima con relación a la cantidad de trasplantes que se hicieron en 2016 y 2017, cuando llegó a 140. En lo que va del año no se logró concretar ni un solo trasplante de corazón.