El director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), Gustavo Melgarejo, habló en el programa La Lupa, emitido por Telefuturo, sobre la importancia de la donación de órganos y de cómo una decisión puede dar una segunda oportunidad a cientos de personas.
Al respecto, aclaró que la donación de órganos de una persona fallecida no puede ser dirigida, ya que priman una serie de criterios médicos.
“Éticamente no se puede hacer lo que se denomina donación dirigida. Asignamos el órgano de acuerdo con su tamaño, la edad, el grupo sanguíneo, la gravedad del paciente, entre otros criterios médicos”, subrayó y alertó que los trasplantes no volvieron a repuntar tras la pandemia del Covid-19.
“Para nosotros sigue la situación de pandemia porque los datos no van aumentando”, acotó y describió que, pese al momento difícil de perder a un ser querido, la familia que decide donar siente un gran alivio emocional al hacerlo.
Para Melgarejo, es fundamental la educación para crear conciencia sobre la donación de órganos.
Los órganos o tejidos más demandantes para trasplante son el riñón y las corneas, respectivamente. También hay mucha demanda de huesos por sus múltiples usos.
Actualmente, 180 personas esperan donantes de córneas y al menos 64 aguardan un riñón.
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A su turno, la doctora Nancy Garay, jefa de Cardiología del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, dijo que existe cierta negación respecto a la donación por desconocimiento.
“Yo creo que hablar sobre el trasplante debe formar parte de currículum de formación de un individuo”, enfatizó.
Toda persona viva o después de muerta, sin importar la edad ni el sexo, puede ser donante de órganos, a menos que los médicos determinen algún problema que impida el trasplante, informó el Ministerio de Salud.
Los órganos que se pueden donar incluyen corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas, intestino. Así también, los tejidos, como córneas, piel, huesos y médula ósea, vasos sanguíneos, válvulas cardiacas, cartílagos, tendones y nervios.
La Ley Anita 6170/18 establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos posteriormente a su fallecimiento, en tanto que si una persona no desea donar sus órganos, debe manifestarlo por escrito al Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).