Trump se dirige a la base aérea militar de Andrews (Maryland), a las afueras de Washington, donde celebrará un breve acto de despedida con seguidores y posteriormente subirá al avión presidencial, Air Force One, por última vez para viajar a su club privado de Palm Beach (Florida).
El magnate neoyorquino rompió así la tradición y no estará presente en la ceremonia de investidura de su sucesor.
Trump no ha reconocido la derrota en las elecciones de noviembre pasado y sigue denunciando, sin evidencia, “fraude electoral”.
Con su salida de la Casa Blanca, concluyen cuatro años turbulentos marcados por la polémica en los que pasará a la historia como el primer presidente de EEUU al que se le han abierto dos procesos de enjuiciamiento político, el último de los cuales está pendiente en el Senado.