Trump, que en los últimos días ha instado a Egipto y Jordania a recibir a los dos millones de gazatíes para que Estados Unidos pueda quedarse con la Franja para un proyecto inmobiliario, aseguró este viernes que “no hay prisa por hacer nada”.
“No tenemos prisa. Realmente no hay prisa”, insistió el líder estadounidense, quien forjó su fortuna en el sector inmobiliario.
Trump aseguró ahora que no prevé “tener tropas en el terreno ni nada por el estilo” y dijo que el mero hecho de que Estados Unidos lidere el desarrollo inmobiliario de la Franja “ayudaría mucho a crear paz”.
“No necesitaríamos soldados en absoluto, eso lo manejarían otros, y las inversiones también serían gestionadas por otros. Así que, sin prácticamente ninguna inversión, llevaría estabilidad a la zona y otros podrían invertir más adelante”, añadió.
Esto último supone un giro con respecto a su plan inicial, en el que no descartó el envío de militares para que Washington asumiera el control del territorio.
La idea de Trump de reasentar a los gazatíes en Jordania y Egipto ha sido rechazada de plano por estos dos países, así como por Emiratos Árabes Unidos, Catar, Arabia Saudí, la Autoridad Palestina y la Liga Árabe.
AMENAZA A JAPÓN. Trump pidió ayer al primer ministro japonés más inversiones en el país para reducir el déficit comercial con Japón y anunció un posible desenlace al drama de US Steel, en el que la japonesa Nippon Steel será simplemente inversora en vez de comprar la compañía.
Trump no descartó la posibilidad de imponer aranceles a Japón para reducir el déficit comercial entre ambos países, que en 2024 tuvo un saldo favorable para Tokio de 68.000 millones de dólares, pero se mostró confiado en que ese asunto pueda resolverse sin tomar medidas punitivas. “Creo que será muy fácil para Japón. Tenemos una relación fantástica. No creo que tengamos ningún problema. Ellos también quieren equidad”, manifestó durante la reunión en el Despacho Oval con Ishiba, el segundo líder internacional al que recibió desde que tomó posesión el 20 de enero.