La investigación, realizada en el Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos), ha demostrado que el sueño protege contra la acumulación de aterosclerosis, mientras que una falta de este aumenta la producción de glóbulos blancos, los principales contribuyentes para que se formen estas placas.
Hasta ahora se sabía que un buen descanso es clave para gozar de una salud satisfactoria, si bien este estudio amplia el conocimiento acerca de cómo la falta de sueño aumenta el riesgo de sufrir afecciones graves, incluidas enfermedades cardiovasculares.
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Para investigar cómo el sueño insuficiente -hay que dormir entre siete y ocho horas diarias- aumenta el taponamiento de las arterias, el equipo de científicos sometió a ratones genéticamente programados para desarrollar aterosclerosis a repetidas interrupciones del sueño, similares a cuando alguien se despierta constantemente debido a ruidos o molestias.
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Si bien no hubo cambios en el peso, niveles de colesterol o tolerancia a la glucosa en estos ratones, en comparación con los animales a los que sí se les permitió dormir normalmente, los privados de sueño desarrollaron placas arteriales más grandes.
Además, se observó que sus niveles de monocitos y neutrófilos, células inflamatorias que contribuyen a la acumulación de aterosclerosis en los vasos sanguíneos, eran más elevados.
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Otros experimentos mostraron que los ratones privados de sueño tenían un aumento de casi el doble en la producción en su médula ósea de células madre que dan lugar a los glóbulos blancos.
Filip Swirski, director del estudio, afirmó que también se ha logrado identificar una hormona en el cerebro que regula el estado de vigilia, controla los procesos en la médula ósea y protege contra las enfermedades cardiovasculares.
“Ahora necesitamos estudiar esta vía en humanos, explorar mecanismos adicionales mediante los cuales el sueño adecuado mantenga la salud vascular y explorar este nuevo eje neuroinmune recientemente identificado”, señaló.